Tensión en los aires

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Los tiempos en la costa pasaban rápidos e imposibles de detener.

Todos, sin excepción, habían vivido una experiencia gratificante y por demás divertida en ese paraíso de mar, juegos, arena, sol, bebidas refrescantes, helados de sabores extremos y guerras de cocos.

Esa noche, todos esperaban pacientemente mientras el Tren del Cielo bajaba como una pluma frente a ellos.

- Al caracol le va a emocionar verte sin la casaca- Rió Ivonne mientras le palmeaba la espalda- Ve por ella, tigre...

Todos rieron al oír el leve gruñido de Severus.

La puerta se abrió y Anastasia se asomó sensualmente, fingiendo pésimamente.

- Buenas noches a todos. Me alegra volver a verlos- Dijo la azafata casi sin mirar a nadie mas que a Severus- Ya saben donde están sus camarotes y toda la parte administrativa. Sigue un viaje de siete horas, así que siéntanse cómodos, y recuerden que estoy aquí para ustedes. Adelante por favor.

La mujer de pelo negro saludó levemente a todos y luego, cuando Severus quiso subir, interrumpió el paso con uno de sus brazos.

- Valla, valla ¿Cómo esta usted, profesor Snape?- Susurró seductoramente- ¿O prefiera que lo llame Severus? Realmente se ve muy bien sin la ropa negra. Muy sensual.

- ¡Muévete Anestesia!- Dijo Ivonne detrás de varios alumnos- Queremos entrar.

- Disculpe señorita...- Se molestó Anastasia- Ho... No recuerdo su nombre... Bien. Yo me llamo Anastasia, no Anestesia. Y por si no se ha dado cuenta, estoy ocupada aquí.

- Ya se como te llamas... Pero para mí, eres Anestesia. Me duermes de la misma manera. Ahora, no se en que estas ocupada. Tu solo estas ahí, evitando que entremos.

La azafata se dio cuenta de que Severus había escapado adentro, sutilmente y sin que se diera cuenta.

De mala gana, se apartó, permitiendo que entraran.

Un par de horas después, Ivonne regresaba del vagón común después de hablar largo y tendido con Remus y Sirius. Pensó en tomar una siesta, ya que faltaban unas cuatro horas para llegar a destino.

Caminó lentamente por el pasillo, y vio que la puerta del camarote de Severus estaba entreabierta.

Dudó en entrar y ver. Eran amigos, si, pero eso no quería decir que podía invadir espacios a la ligera.

Escuchó voces salir de allí, y eso fue sufriente para que mandara la intimidad al demonio. Se apoyó en una pared y escuchó a Anastasia hablar.

- Por favor, señor Snape. No estoy pidiendo nada fuera de lo común.

- ¿Me harías el favor de retirarte?

- Seamos inteligentes y actuemos como los adultos que somos, Severus. Soy joven, bella y encantadora. Y usted es muy sensual para mi parecer. El tren puede prescindir de mí por unos cuantos minutos.

- No niego que sea bella, señorita, pero no considero que esto sea apropiado.

- ¿Eso importa? ¿A quien teme? Usted ya es grandecito como para que le digan que hacer.

- No estoy diciendo eso...

- ¿Entonces que le preocupa? ¿Qué su amiga se moleste por esta intromisión?

- ¿Hablas de Ivonne? ¿Qué tiene que ver ella en esto?

- Ho, vamos... No me diga que no se ha dado cuenta de cómo lo busca.

- Es mi amiga. No me busca...

- Y yo si lo busco, Severus. Y no quiero ser precisamente su amiga...

Le Voyage | SSWhere stories live. Discover now