Mamiferos, serpientes y otras bestias

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El motivo de charla durante la tarde, noche y día siguiente, era el mismo: Severus y la ausencia de casaca.

Los alumnos especulaban con mil razones diferentes, una más rara que la otra. Pero también concordaban el motivo básico: Ivonne.

Sirius se vio obligado a darle las trescientas libras a Remus, como lo habían apostado.

- Tenemos que reconocer que Ivonne sabe lo que hace- Dijo Albus- Solo ella podría cambiar así a Severus.

- ¿Soy el único que supone la razón?- Preguntó Alastor.

Los restantes profesores negaron. Suponían la misma razón. Para ellos era bastante claro.

En ese horario, la playa tenía bastante movimiento, y la horda de alumnos ya estaba haciendo de las suyas. Y hasta ahora, ninguno había hecho nada malo.

El motivo de las conversaciones, de pelo negro y sin casaca, volvía de una extensa caminata.

- ¡¡Señorita Ivonne!!- Gritó una Ravenclaw como desaforada, asustando a varios profesores y transeúntes.

- ¿¡Que!?- Se escuchó desde el primer piso.

- ¡Cetáceo!- Le respondió la Ravenclaw, a varios metros.

Los profesores nuevamente se sobresaltaron cuando vieron a Ivonne caer desde el balcón, de lleno sobre la arena. Ella rodó un par de veces, se levantó y corrió hacia el mar.

- Esta loca...- Dijo Sirius- Realmente loca.

Ivonne corrió con la Ravenclaw hacia la costa, internándose en el agua.

A varios metros, una gigantesca orca saltó en la superficie.

- Esto es raro- Dijo Ivonne entre los alumnos- Las orcas no saltan así.

Concentrándose, McCain modifico su anatomía.

Adquirió un color verdoso, ojos más grandes, branquias, escamas, un cabello aun más largo y denso, manos y pies con dedos palmeados, una gran aleta dorsal y una enorme cola.

Era una de sus transformaciones más complejas, y una de las más difíciles en el mundo mágico: una sirena.

- Quédense en la costa, veré que pasa- Le dijo la nueva sirena a los alumnos.

Se zambulló rápidamente, respirando oxígeno marino y acercándose a una orca que no se veía muy normal.

El gran mamífero nadaba muy rápidamente, en círculos.

Ella intentó comunicarse con la orca, preguntándole que pasaba. El cetáceo emitió un sonido agudo y bajó a las profundidades.

No muy lejos de la costa, había una fosa marina, muy profunda, oscura y fría.

Ambos seres bajaron, hasta que Ivonne vio el problema. Otra orca tenía la cola enganchada en grandes cuerdas, impidiendo que pudiese salir a respirar.

Ella se acercó, tanteando el animal y descubriendo que estaba allí desde un buen tiempo. Y lo peor era que no le quedaba demasiado oxígeno al magnifico ser marino.

Ivonne intentó liberar la cola, pero las cuerdas eran terriblemente gruesas. Necesitaba magia y ella no traía su varita consigo.

Una tercera orca apareció, aun más grande que las otras dos.

Como pudo, la dama le explicó a los animales donde morder y tirar para desatarla.

Sin embargo, una sombra en las profundidades llamó su atención.

En la costa, alumnos y profesores se amontonaron.

- Ivonne no se convierte en sirena por nada. Algo debe estar sucediendo- Dijo Severus.

Le Voyage | SSWhere stories live. Discover now