Primer encuentro

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-Koya...Koya...despierta pequeño dormilón. Ya llegamos a la tienda.

Un pequeño koala azul comenzó a despabilarse entre sus brazos luego de decir esas palabras. Le dedicó una sonrisa que fue devuelta por su compañero.

-Recuerda que ya no eres tan liviano como cuando tenía once años. Camina un rato solo ¿Puedes?

El animal asintió y fue dejado en el suelo antes de que ingresen a la tienda donde habían ido a buscar algo de comida chatarra para la tarde.

Luego de pasar por las puertas automáticas, el koala se acomodó su oreja derecha que se encontraba algo torcida antes de preguntar:-¿Puedo tomar algunos dulces?

-Claro, pero no muchos. No te aproveches de mi billetera.

Y así el pequeño se perdió en una de las góndolas. No había problema, el lugar era chico e iban allí seguido así que no había posibilidad de que se perdiera.

Namjoon buscó en los congelados algo para la noche. No iba a cocinar, así que algo pre-hecho que solo debía meter en el microondas o el horno estaría perfecto. La tienda estaba desierta. Solo se encontraba su dueño, un adorable hombre mayor con su acompañante, un zorro de siete colas con los sietes colores del arcoiris y el resto del cuerpo enteramente blanco. Ambos estaban en la caja, acomodando los productos que usualmente uno decide llevarse antes de irse, como hojas de afeitar o chocolates.

Estaba concentrado en la heladera cuando escuchó la puerta abrirse nuevamente. No le dio mucha importancia así que siguió en lo suyo, pero escuchó como el recién llegado entablaba una conversación con el dueño.

-Hola, Gunhoo ahjussi, Maito ¿Cómo se encuentran?-una voz masculina y jovial fue la que saludó al anciano y a su acompañante, así que Namjoon se reincorporó, curioso de quien podría ser.

-Seokjin, hace mucho no te veíamos por aquí. Estamos bien, muchas gracias- el anciano tenía una gran sonrisa mientra devolvía el saludo al muchacho enfrente suyo. Parecía casi tan alto como Namjoon, tenía pelo castaño y un gran abrigo marrón que le llegaba hasta las rodillas. A su lado, había una ¿Oveja? ¿Puddle? Aunque se lo veía parado sobre sus dos patas. De atrás solo podía ver su gran cuerpo esponjoso, blanco como la nieve y también un pañuelo rojo atado al cuello.

Pudo ver como el acompañante hacía una adorable reverencia frente al anciano y también hacia el zorro. Eso indicaba que su dueño debía ser muy respetuoso.

-¿Qué te trae por aquí? ¿No estabas estudiando?-preguntó Gunhoo hyung.

-Me gradué hace unos meses, y decidí volver. Pero no vivo con mi familia, alquilo un departamento cerca de aquí. Junto a RJ, claro- mencionó acariciando la cabeza de su acompañante.

-Que dicha. Como verás, no ha cambiado mucho por aquí. Maito y yo seguimos en la tienda. Mi mujer y Rin vienen por la mañana, se van durante la tarde y regresan al caer el sol hasta la noche. Ya estamos algo viejos pero la tienda es lo que siempre hemos hecho.

-Espero que también descanse un poco, ahjussi. Mucho trabajo terminará afectándole en la salud. Seguro Maito quiere salir un poco también.

-Recuerda que ellos son nuestra mas fiel representación. Ama este lugar tanto como yo, así que no puede dejarlo.

Seokjin lo consideró unos segundos antes de responder: -Tiene razón. Bien, iré a buscar algo para llenar la heladera. Hablando de fieles representaciones, RJ y yo no podemos vivir sin buena comida.

El joven se giró y se adentró en las góndolas junto al que Namjoon pudo identificar como una alpaca, o algo parecido. Ambos se perdieron entre los estantes de productos, sin notar su presencia al parecer. Decidió seguir a lo suyo mientra trataba de recordar si en su departamento no se había mudado alguien hace poco.

Los leales ➳ BT21&BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora