Extra.

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Sus lágrimas caían y un par de maldiciones se escucharon tras la línea del teléfono.

- Magnus. ¡TE LO DIJE! ¡¿PORQUÉ NUNCA ME HACES CASO?!

- ¡PORQUE SOY UN IDIOTA! - siguió llorando y su amiga suspiró.

- Mira, lamento gritarte. Pero es que ya viste las consecuencias. Matt te dejó de hablar al igual que Alec. Te lo dije, te dije lo que podía pasar si no escogias a uno.

- Créeme que estoy consciente de eso. Y fue mi error, lo admito. Me di cuenta de que realmente me gusta Alec e incluso me vuelve loco y tal vez lo que siento por Matt es mucho cariño y admiración. Admiro su valentía, su ternura, si delicadeza, el amor que le tiene a los animales, admiro su humildad y por eso me siento aún peor, porque sé lo mucho que vale ese hombre. Me siento una basura no lo merezco y si el bebé que espero es de él no sé que haré, no quiero atarlo a mí, quiero que él conozca a alguien que lo valore y amé como se merece, no como yo lo hice. - Tessa suspiró de nuevo.

- Me alegra que por fin te hayas dado cuenta de lo que quieres. Pero ahora tienes que recuperar a Alec.

- Lo sé y también tengo que disculparme con Matt.

- Te deseo toda la suerte del mundo Maggs.

- Gracias Tessa, prometo que mandaré a Will por paquete hasta tu casa. - la melodíosa risa de su amiga lo hizo sonreír.

- No tardes tanto. A demás ya sabes que en unas semanas iré a verte.

- A mí no, a Will sí. - rió secando sus lágrimas.

- Ambos. Como sea ya me contarás cómo te fue. Adiós pequeño tortolo embarazado.

- Adiós, sra. Herondale. - la línea se cortó antes de que Tessa dijera algo.



Día 1.

Mal, mal, mal. A Magnus le iba mal.  Ni Alec ni Matt querían hablar con él.

Cuando Matthew abrió su puerta y vió que era él, enseguida la cerró en su nariz. Suspiró e intentó con Alec.

Fue hasta la biblioteca donde normalmente él se encontraba, a pesar de que Alec había sido un poco más tranquilo en el aspecto de su embarazo, no lo había perdonado del todo, entonces Magnus quería arreglar las cosas. Alec estaba sentado en un sofá y un libro en manos.

Cuando sintió la presencia de Magnus, dejó su libro y lo miró.

- ¿Qué quieres? - el corazón de Magnus dió un vuelco por el tono tan frío de Alec. Y Alec a pesar de que le dolía hablarle así, no olvidaba que Magnus había mentido.

- Yo... ¿Podemos hablar?  - balbuceó.

- No quiero. - Magnus tragó.

- Por favor Alec, lo necesito.- rogó

- No. Magnus.

- Bien. - se dió la vuelta y salió de la biblioteca.

Alec notó las pequeñas lágrimas acumuladas en los ojos de Magnus y se sintió estúpido por aquello.





Día 2.



-¿Matthew? - tocó con suavidad la puerta, pero nadie respondió - ¿Matt? - abrió la puerta y él estaba dormido. Sonrió - a pesar de todo le gustaba ver a Matt dormir - él se removió y abrió los ojos viendo a Magnus.

My two loves. (Malec)Where stories live. Discover now