Sacrificio

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Malo:

—¿Has entendido? —le pregunto a Luke.

—Si, jefe.

No debí apresurarme con CAE, debí esperar un día y arreglar todo personalmente, pero tenía que ganarme la bendita curiosidad. Espero que Luke haga bien su trabajo, tiene que ser perfecto para ella.

Quisiera ocuparme del asunto yo mismo, pero debo cuidar a mis chicos que fueron a hacer reconocimiento.

—Malo —Mack sale de la casa rodante—, odio molestarte, pero tu máquina lleva sonando desde hace cinco minutos y no para.

Esa debe ser CAE, le pedí que se calmara que todo saldría bien, va a hacerme enojar.

—Iré a ver.

Entro a la casa rodante y veo mi pantalla completamente llena de sus recuadros de mensajes, me alerta de algo que pasó con Kenet.

«CAE, tranquila, ¿qué pasó?»

«¡Kenet va por ti! ¡Tienes que huir y rápido! Perdóname, no puede hacer nada para evitarlo»

Suelto un gruñido, se está arriesgando demasiado al avisarme y si me voy van a descubrirla.

—¿Pasa algo? —dice Mack en mi espalda.

—Kenet ya viene —Cierro la computadora—. Escúchame bien, tienes que irte y llevarte la casa.

—¿Por qué no huir juntos?

Comienzo a guardar mis cosas en una mochila, saco un par de gafas y mi suéter holgado. Tomo el maquillaje de Mack y comienzo a embarrarlo por mi cuerpo.

—Vete tú, Malo —Intenta frenarme—. Yo me quedo como cebo.

Niego repetidamente, no dejaré que nadie se sacrifique por mí.

—No, si encuentra a alguien que no sabe informática seguirá cazandonos —Me quito su mano—. Yo podría decir que solo soy un informático al que le paga el Malo y que nunca lo he visto, que sólo envía mensajes para que yo haga un buen bloqueo. Mientras estoy en prisión quiero que hagan el robo, CAE les ayudará con las cámaras, sólo mandale un mensaje.

—¿CAE?

—Si, es una hacker que me ha estado ayudando, ella fue quien me alertó.

—¿Tienes amigos que hackearon a Kenet?

Me pongo los lentes y me despeino un poco.

—Ella trabaja con Kenet, por eso sabía cómo evitarlo, es por ella que no puedo irme, si no encuentran a nadie aquí la descubrirán y le debo muchos favores.

Mack aprieta los puños, hay días que siento que somos una pareja casada con muchos problemas. Pero no tengo la culpa de haberme enamorado y no quiero que ella esté en una celda.

—¿Estás diciéndome que te vas a sacrificar por una estúpida niña?

—Llamalo como gustes, ahora vete, te quiero lejos antes de que lleguen, cuida a los chicos.

La hija del coronelWhere stories live. Discover now