Interrogatorios.

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Al llegar a la estación dos nuevos policías me atosigan.

—Detective, su padre...

—Diganle que estoy en un caso, que lo atiendo cuando termine —Me encierro en la sala de interrogatorios.

Veo a Ibeth observar el lugar, no es la gran cosa, sólo tres muros grises y un espejo, eso es lo único que tenemos igual a las series de televisión.

—Detective —dice ella bastante feliz.

—Ibeth, ¿puedes decirme que fue lo que viste?

Toma una botella de agua entre sus manos.

—En un principio creí que la camioneta era de la vigilancia que el papá de Hank o que mi papá había enviado a que me siguieran, pero cuando vi que el muchacho quería cruzar la calle ellos aceleraron, ni siquiera tenían las luces encendidas y el pobre hombre salió volando, le supliqué a Hank llamar de inmediato, pero dijo que si volvía a estar en un problema de la policía su padre lo enviaría a la escuela militar.

—Si Hank coopera pasaré por alto el arresto, te doy mi palabra de que tu padre jamás sabrá que estuviste aquí —Me recargo en la pared—. O puedo llamarlo para que pida al abogado y te vas de Chicago.

Hank hace una mueca.

—Conozco las placas y vi a un sujeto, suele jugar con mi proveedor al poker.

Que niño tan bueno.

—Placas.

Anotó el número en mi teléfono, no parece gustarle cooperar.

—¿Conoces el nombre del amigo de tu proveedor?

—No, sólo sé que le dicen "el nene".

Vaya que Hank ha sido de ayuda.

—Bien, eso es todo, les agradezco su cooperación y, Hank, deja las drogas, no quiero arrestarte de nuevo. Ya pueden irse.

Hank es el primero en abandonar la sala, Ibeth duda un poco, me siento a su lado.

—Sé que es difícil, yo no olvido el primer cadáver que tuve que investigar, creo que tenía dieciocho cuando vi a un muerto en vivo.

—Yo tengo veinte, ¿cómo lo supera?

—No sabría decirte, mi papá siempre llevaba fotos de sus casos a mi casa, se puede decir que crecí con la muerte, pero tenemos psicólogos que podrían ayudarte a pasar este trago tan amargo.

Asiente de manera tímida, tomo mi teléfono y le marco a Dennis.

—Hola Den, te mando a una chica, se llama Ibeth, ella te contará.

¿Vio a su novio colgado?

Chistoso, se amable.

Término la llamada.

—A fuera hay un oficial, dile que te lleve con Dennis que yo lo ordené y suerte.

Se va con una sonrisa tímida en sus labios, creo que es hora de jugar con mi computadora.

—Detective —El oficial Lopez entra a la sala—, la señorita Susan pregunta por usted.

Creo que la computadora puede esperar.

—Dile que pase.

Lopez me deja sola, unos cuantos minutos después entra Susan, no entiendo, tengo esa sensación de que algo anda mal con ella, ese instinto policíaco me dice que no puedo confiar en ella.

—Aquí estoy, detective —Está a la defensiva.

—Bien —Camino a su alrededor—. ¿Sabes si tu hermano tiene algún enemigo? ¿Tiene problemas financieros?

La hija del coronelWhere stories live. Discover now