Sin tiempo

208 16 0
                                    

Malo:

Detesto la vida en la cárcel, lo único bueno es que Mackenzie se fue a otra cárcel y ya no tuve que verle la cara nunca más. Suspiro, extraño a Emma, solo quiero verla y besarla todo el día.

—Noé Johnson —Un guardia agita unas esposas, mi suegro debe querer verme—. Tienes visita.

Ya se había tardado, no tengo ganas de verlo, pero no tengo opción.

Me esposan y vamos caminando a la sala de visitas, esperaba que me viniera a ver antes para hablar del Malo. Emma debe estar haciendo demasiado alboroto con mi apodo, espero que nadie la descubra.

Me asusto cuando veo que vamos hacia otro lado, ¿será que va a matarme tal y como dijo Emma?

El guardia me quita las esposas y me arroja una tira de condones, mi suegro planea algo muy raro.

—Tienes suerte, te dieron dos horas para estar con tu mujer.

Emma...

—No quiero verla.

—No tienes más opción, es una orden de arriba y no quieres que el coronel sepa que rechazaste hablar con tu oficial.

Me empuja a la habitación, es completamente blanca y lo único que hay es una cama color café y en ella está sentada Emma.

Se ve hermosa, tengo tantas ganas de tirarla en la cama y usar todos los condones que me dieron.

—Te negaste, ¿no?

Asiento, está mujer me va a matar.

—No deberíamos hablar, ya te dije que necesito expiar mis culpas.

Emma se ríe, no me gusta esa actitud.

—Sabía que lo harías, por eso tuve que obligarte, fingí que el coronel dio la orden y aquí estamos... Necesitamos hablar con urgencia.

Niego, no puedo, debo ser un mejor hombre, solo así podré...

—Estoy embarazada —Esas palabras me congelan la sangre—. Según el ultrasonido tengo catorce semanas y tres días.

¿Qué dijo?

Catorce semanas... eso es cuando nos casamos.

—Yo me protegí, es imposible...

—La verdad es que la noche de bodas no supimos que pasó, lo último que recuerdo es el casino y despertamos en la cama desnudos, los condones estaban en el suelo, pero ninguno tenía nada dentro.

Me jalo el cabello, no puede ser, no puedo creer que esa noche... ni siquiera lo recordamos y ahora está embarazada.

—¿Qué haremos? Tengo miedo, Emma.

Emma se acerca, me quedo anhelando su abrazo, ella solo me mira, pone en mi mano una foto, no... es un ultrasonido.

—Te presento a tu hijo.

Veo lo pequeño que es, como puede estar dentro de Emma y no notarse nada.

—Es... perfecto.

Emma sonríe y por fin me abraza.

—No sabes lo feliz que me hacen tus palabras, esto es lo único que quería.

Beso su nacimiento del cabello, no puedo creer lo hermoso que es, solo me pesa que no estaré con él o ella durante sus primeros años.

—¿Cada cuánto lo veré?

Emma se aleja, su ceño fruncido me dice que no es lo que deseaba escuchar de mí.

—Yo esperaba que a diario.

—Dudo que tu padre quiera que mi hijo esté en la prisión y hablo de Arturo, me aterra ese hombre.

Emma me empuja y me abofetea ligeramente.

—No entiendes —Respira lentamente—. Mira, si me quedo aquí Carlisle matará a mi bebé, así que me iré en dos semanas, a dónde... no lo sé, pero tienes dos opciones, te vas conmigo a criar a nuestro hijo juntos o te quedas aquí para siempre sin ninguno de los dos.

Tomo los hombros de Emma, no puede estar hablando en serio.

—Es mi hijo.

—Y no tendrás uno si me obligas a quedarme —Puedo ver el fuego en su mirada—. No voy a quedarme a ver como Carlisle destruye lo que más amo en este mundo, haré todo para que mi hijo nazca lejos de ese monstruo.

La suelto, se ve tan decidida a esto que da miedo.

—Debo pensarlo.

Emma resopla un poco, conociéndola hará algo muy malo.

—No tienes tiempo para pensarlo, ¿te quedas o te vas con nosotros?

No sé que hacer, todo esto me aterra, me da miedo ser como mi padre, me da miedo estar lejos de ambos, no soy quien creía que era.

—Te amo, pero creo que es mejor que lo tengas sola, yo no soy nada bueno para esa personita tan maravillosa.

Emma suelta una lágrima, pero no deja de estar furiosa.

—Yo tampoco lo soy, soy el Malo, ¿lo olvidas? Pero daré mi vida por este bebé aún sin ti, debía decírtelo porque eres el padre, aunque eso no te importe mi bebé será el más amado, conmigo nada le faltará.

—Yo también lo amo —Aferro mis manos a su vientre aún plano—. Lo amo, pero no quiero ser como mi padre...

Emma quita mis manos de su vientre, me duele como jamás pensé que me dolería algo en la vida.

—Te estás comportando igual que Gregory, prefiriendo la muerte de tu hijo en lugar de salvarlo, dejando sola a la madre de tu hijo, viéndola morir lentamente por culpa de otro. ¿Qué te hace diferente de él?

Y con eso consiguió matarme.

Gregory es mi más grande demonio, muchas veces sentí que me transformaba en él, por eso dejaba la banda unos meses, regresaba y cambiaba un poco el como operabamos.

Yo no quiero ser como Gregory, quiero ayudar, quiero dejar algo más que muerte.

—Descuida, yo le daré a tu hijo lo que tú no quieres darle, aunque solo seamos dos seremos una familia, también tendremos a los chicos de la banda.

Está por irse, pero no puedo ni quiero que se vaya, la necesito más que nunca.

—No, no quiero esa vida para él —Se detiene y me mira furiosa—. Si nos vamos será para alejarnos de todo esto, no para seguir siendo unos criminales.

Por fin baja la guardia, parpadea sorprendida.

—¿Vendrás conmigo?

Asiento y tomo su hermosa carita entre mis manos, no voy a perderlos por culpa de Gregory, no perderé mi vida nuevamente por ese demonio.

—¿Cuál es el plan, Malo?

Emma sonríe, adoro verla feliz.

—Por ahora solo quiero estar con mi marido, podemos preocuparnos por el plan de escape más tarde.

—¿Qué tienes en mente? —Beso sus labios.

—Una sesión de esto y quizás un poco de intimidad...

Se cuelga en mi cuello, está mujer me vuelve loco. La tiro en la cama y sonreímos.

—Te amo —Beso su cuello y después bajo a su vientre—. También te amo a ti, pero ahora debes dormir porque tu mami y yo tenemos un asunto que resolver. Esta vez romperemos con las rejas que nos separan, mi vida.

La hija del coronelWhere stories live. Discover now