Trabas

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Emma:

Estoy a dos segundos de mandar al hospital a Dennis, aunque es una fortuna que él sea mi terapeuta, me he librado de ser policía durante tres meses y Dennis empieza a creer que de verdad estoy enferma.

—Bien, Emma, desde el principio, ¿cuándo conociste a Noé?

—Después del caso de Susan, Clara me aconsejó ir a un bar a buscar pareja, pero me conoces, preferí un sitio de citas. Hablábamos todas las noches —Sonrío al recordar esas pláticas tan extrañas que teníamos—. Temía que me rechazara por ser la hija del coronel, al principio solo él encendía la cámara, yo lo reconocí cuando lo capturamos. Pero como te puedes imaginar me enamoré de él antes de que todo esto pasara, no después.

—Eso queda claro, pero tu padre no acepta eso —Dennis tira su expediente—. Miente un poco y ya, los dos nos olvidamos de esto.

—Miente tú, di que la terapia funcionó y que estoy lista para reincorporarme.

Dennis suspira mientras golpetea su palma con la pluma que le regale hace dos años.

—El problema es que tienes un problema con tu padre y no sería ético de mi parte dejarte ir a un lugar donde te maltratan psicológicamente.

Así que todos estos meses ha extendido las sesiones por eso.

—Ya no soy esa Emma que lo obedecía ciegamente.

—Pero volverá a chantajearte con tal de que hagas lo que él requiere.

Sé que lo hará, pero Tara me prometió que no estaría cerca de Carlisle por nada del mundo y Clara ya no me importa como antes, lo único que quiero es ver a Joshua y decirle cuanto lo amo. Últimamente me siento triste, melancólica, solo quiero que Joshua me abrace.

—Lo intentará, pero no conseguirá nada de mí, te lo prometo —Mi teléfono suena, veo el mensaje con una sonrisa—. Debo irme, ¿podemos dejar la sesión aquí?

Dennis suspira, presiento que no me gustará lo que me dirá.

—Me temo que es la última sesión, Emma, no puedo hacer nada más por ti y tu padre ya me amenazó con quitarme la licencia.

Asiento, sabía que Carlisle no se quedaría quieto con nada.

—Te agradezco tanto, Dennis, de verdad me ayudaste a desahogarme de todo lo que me hundía, gracias.

—Tienes mi número, cuando quieras hablar llámame, solo evita que sea en la madrugada.

—No prometo nada —Le doy un abrazo—. Cuídate, Den.

—Tú igual, Emma.

Salgo de su consultorio, me siento muy feliz de que al fin pude validar mi matrimonio con Joshua en el estado, no fue fácil, pero por fin lo conseguí.

Después de meses sin él por primera vez haré una visita conyugal con mi marido, lo extraño demasiado.

—¿Qué te dijo Dennis? —Veo con odio a Carlisle.

—Fue mi última sesión, supongo que ya lo sabías y me reincorporarás de inmediato.

Sonríe, de verdad odio su poca empatía.

—Empiezas en dos minutos, hija.

Tengo muchas ganas de arruinar su rostro, trato de controlarme y sonrío aunque no quiera.

La hija del coronelWhere stories live. Discover now