Restauración

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Tardé menos de lo que esperaba, volví a montar el servidor en tres semanas, pero sigo pensando en el Malo, realmente quiero saber cómo es él, quiero conocerlo, pero si hago cualquier cosa aquí podría delatarme.

También he estado pensando en un plan para trabajar lejos de ellos y espero que Arti no me asesine cuando sepa lo que haré.

Salgo a la base y veo a todos trabajar en sus máquinas murmurando que ahora el servidor es más rápido y cosas así.

-Excelente trabajo, Emma -dice mi padre.

-Gracias -Mi padre se gira, es ahora o nunca, Emma-. Por cierto -Se detiene-, tengo un plan para atrapar a tu criminal.

Vuelve a girarse y cruza sus brazos.

-Habla.

-Hay que hacer dos frentes, tus informáticos inservibles servirían de carnada para el Malo y entonces yo...

-Tú lo atrapas usando otro servidor.

Asiento, de verdad deseo trabajar sola para poder ayudarlo, hacer que Carlisle pierda.

-¿Estás pensando en usar el servidor que montaste con Arturo?

El nombre de Arti suena mucho más feroz si proviene de mi padre. Yo sé que a Arti le molesta su nombre, justo por eso le decimos Arti.

-Si -Espero que no me mate por esto-, pero ya sabes cómo es Arti, si queremos hacer esto tendré que estar cerca del servidor para evitar que lo dañen y así Arti no me despelleja.

-¿Por qué no usar el servidor de Arturo para la carnada?

-¡Estás demente! Si algo le pasa a ese servidor Arti me mataría y si ellos atacan descuidará algún flanco y yo correré menos riesgo.

Mi padre se toma la barbilla y suelta un suspiro.

-Muy bien, usaremos tu plan, pero tendrás que llevarte a un oficial para que te resguarde.

Eso es perfecto, así podré asegurarme de que Clara esté bien, todo salió muy bien.

-Bien, entonces iré a ver el servidor, me llevaré a un oficial, por ahora revisen si no les dejaron algún recuerdo de la última batalla.

-Ya escucharon -grita mi padre-, a revisar esas máquinas señores.

Me giro y busco a Clara, la veo preparando un café, subo rápidamente las escaleras y la saco del complejo.

-Ahora que, Emma -dice fastidiada-. Tara está en la escuela.

-No es por la niña, nuestro padre aceptó que trabajáramos juntas, así que vamos al servidor que hice con Arti.

Parece sorprendida, pero no sospecha que hago esto por el Malo.

-Bien, entonces... ¿vamos?

Me cuelgo sobre su cuello y la jalo a mi auto.

Todo el trayecto es silencioso, me llena de paz este silencio. En mi cabeza me imagino al Malo, creo que sería un poco como Arti, con sus gafas y su cabello completamente peinado, delgado y tal vez con granos por la cara, no he conocido a ningún hacker guapo y dudo que él sea la excepción.

Por fin llegamos, me pongo mi suéter y le doy uno a Clara.

-¿Hace tanto frío?

-Si, Arti no quiso correr ningún riesgo.

Bajamos del auto, me acerco a la puerta como con veinte seguros, meto las llaves de los diez candados manuales y comienzo a escanear mi mano y mis ojos, Arti es un poco paranoico. Cuando por fin me da acceso dejo entrar primero a Clara y al final entro yo, cuando cierro la puerta todos los seguros vuelven a ponerse.

La hija del coronelWhere stories live. Discover now