BLUE PHOENIX ↯ JUSTICE LEAGUE|✔

SIXTEEN • HOME ALONE.

╔═══════════╗

02 • CHAPTER SIXTEEN: 
HOME ALONE.

╚═══════════╝

BLUE SUPO ESA MISMA MAÑANA cuando el despertador sonó cuarenta y cinco minutos tarde a la hora habitual, que ese día sería como en los viejos tiempos estando ella sola en casa, la única diferencia era que ella no tendría a Mitchell para que le hiciese compañía.

Se dio una ducha a tiempo récord y salió corriendo a vestirse, sin fijarse en la manera en la que se estaba poniendo la camiseta oscura que había tomado de su armario. Se puso los tenis mientras hacía maniobras para no caerse de trasero al suelo y luego tomó su sudadera, colocándosela y cerrándola con toda la bragueta. Agarró su mochila, la cual descansaba sobre la mesa del escritorio que había en su habitación y luego de tomar la tarjeta de crédito de Wayne junto con el papelito de la contraseña, salió corriendo cual bólido de carreras de su habitación, lista para recorrer un muy largo trayecto hasta la escuela preparatoria de Gotham City.

Lo único positivo de todo el asunto, era que, por lo menos era viernes.

• • •

El estómago le rugía exigiendo alimentarse. Blue no deseaba comer nada de la cafetería porque sabía que de plano, nadie comía en ella gracias a su comida de dudosa procedencia, así que, al igual que como un numeroso grupo de estudiantes, pidió permiso en los directivos para ir a comprar lo que vendría siendo para ella su desayuno-almuerzo. Entró a una panadería que quedaba a unas dos cuadras de distancia de la institución y el olor a pan recién salido del horno provocó una especie de revolución en su estómago. Pidió un par de panes rellenos de jamón el cual el muchacho que atendía ahí le había dicho que era uno de los mejores panes que vendían ahí, y también una botella de refresco, todo para llevar.

Lo más gracioso vino cuando llegó la hora de pagar.

La cajera de la panadería le hubo preguntado si iba a pagar con efectivo o con tarjeta, y ella escogió la segunda opción. Sacó la tarjeta y el papelito con la contraseña del bolsillo de sus pantalones oscuros de mezclilla y se la entregó a la cajera, quien miró una y otra vez el pedazo de plástico como si no hubiese visto nunca en su vida una tarjeta de crédito.

— ¿Hay algún problema? —Inquirió la joven Sullivan con el ceño levemente fruncido.

Estaba hambrienta, y la bolsa de papel que contenía el pan que ella había pedido minutos atrás gritaba ansiosa para que Blue la tomase y devorase su contenido. Joder, ¿por qué se tardaba esa chica tanto con la maldita tarjeta? ¡Ella solo deseaba comer!

— ¿Qué relación posee usted con Bruce Wayne? —Dijo la chica—. No podemos venderle a nadie que porte una tarjeta de crédito de otra persona si esta no tiene una relación estrictamente familiar con ella.

Joder.

—Soy su hija —mintió descaradamente, y por un momento pensó que la chica estaba sospechando, por lo que añadió: —Bueno, hija así como que hija no, soy su hija adoptiva.

Blue no supo si la cajera llegó a tragarse el cuento o no, lo único que supo fue que la chica pasó la tarjeta por el punto electrónico y terminó con la desidia de Blue al entregarle su compra junto con la tarjeta de crédito y la factura.

En ese momento, la joven Sullivan casi creyó escuchar un coro de ángeles cantar a su alrededor cuando tuvo la comida en su posesión.

Por fin ella mataría a quien la estaba matando.