FOUR • REVELATION.

4.2K 481 12
                                    


╔═══════════╗

01 • CHAPTER FOUR:
REVELATION.

╚═══════════╝

SI ALGO ODIABA LA JOVEN SULLIVAN de ir a fiestas, era la desidia de escoger un atuendo que la hiciese parecer una persona decente y no llamar demasiado la atención. Aquel viernes por la tarde cuando hubo finalizado la jornada escolar, Blue y Mitchell se dirigieron a la casa del último mencionado para poder prepararse para la fiesta, sobre todo ella, debido a que su para nada extenso guardarropa solo consistía en unas diez camisetas de mangas alargadas en colores oscuros, dos sudaderas y un par de viejos jeans, los cuales lavaba cuando le pedía el favor a la señora Kent que le prestase la lavadora para hacer la colada, además de sus viejos tenis marca Converse en color negro que hacía mucho tiempo su hermano Tripp le hubo regalado. Y debido a esos hechos en concreto, la madre de su mejor amigo siempre guardaba algunas prendas de ropa para Blue cuando decidía quedarse a dormir en la casa Corden o cuando salía con Mitchell, lo cual hacía mucho que no ocurría. Sobre todo ahora con el asunto de las alucinaciones, que muy bien la joven se encargaba de ocultar del ojo espectador.

Luego de haber escuchado como la madre del moreno ponía el grito al cielo al ver a Blue con un ojo morado, el par de jóvenes subieron a la habitación del anfitrión para decidir cuál sería el atuendo más adecuado para Blue en esa noche de fiesta. Gran parte de los conjuntos que Mitchell le mostró a su mejor amiga fueron descartados por el simple hecho de que a Blue no le llamaban la atención en lo absoluto. Lo de ella eran los colores oscuros, porque pensaba que esa clase de vestimenta reflejaba los sentimientos que ella albergaba en su interior, a pesar de que nadie se diese cuenta. Y no fue hasta que se fijó en un jersey varias tallas más grandes que ella de rayas rojas y negras muy parecido al que el personaje Freddy Kruegger de la saga Pesadilla en Elm Street usó en todas y cada una de las películas. Ella tomó el jersey junto a una camiseta para llevarla debajo de la prenda más grande, dando por terminada la búsqueda de su atuendo ideal para la fiesta a la que asistiría.

—Esas perras te van a destrozar cuando te vean con eso puesto —comentó Mitchell con jocosidad mientras guardaba las demás prendas que Blue había descartado.

—Porque lo sé es la razón por la que no me importa. 


• • •



Blue quedó ciertamente alarmada cuando Mitchell le hubo comunicado que tendrían que hacer un viajecito a Metrópolis puesto que ahí era en donde Lennard celebraría su fiesta. Luego de tantas quejas y tantas amenazas de la ojiazul para con el moreno, llegaron sanos y salvos a la fiesta, aunque como era normal en Blue, terminó prescindiendo de toda interacción social posible que no fuese con su mejor amigo. Ella no era chica de palabras, mucho menos con personas desconocidas, pero vamos, ¿una chica de quince años metida en una ciudad que ni siquiera conoce solo porque quiso acompañar a su mejor amigo a una fiesta en la que ni siquiera quería estar, qué posibilidades tenía de perderse?

Pues, demasiadas.

La joven Sullivan había decidido tomar un poco de aire y evitar una sordera gracias a la música estridente que sonaba en el equipo que tenía el DJ sonando a todo volumen. Se quedó un rato en la azotea del galpón en el que estaban todos reunidos en la fiesta, y como sabía que Mitchell no se preocuparía mucho por ella estando en la fiesta con su potencial futura novia, decidió ir a dar un paseo para ver cómo era la ciudad de Metrópolis por las noches.

La joven Sullivan caminó por las desconocidas —para ella— de la ciudad, observando los carteles de los locales que continuaban abiertos todavía a esa hora. Llegó hacia lo que ella pensaba que era una plaza de la ciudad, aunque al acercarse bien al lugar, divisó que era como una especie de exhibición, cosa que le llamó bastante la atención y despertó su curiosidad. Los grandes pilares de color negro que se alzaban ante ella brillaban mucho gracias al reflejo de las luces, tanto que por un momento llegó a pensar que los pilares estaban hechos de azabache, y consideraba la posibilidad de que así fuera. Se acercó a la exhibición, viendo la cabeza de una estatua destrozada por una parte, los pies por otra y también un montón de flores, fotografías y velas alrededor de los pilares. Bajó la vista, encontrándose con un símbolo esculpido en el suelo, hecho del mismo material de los pilares, el cual se le hacía bastante familiar, pero no lograba recordar en dónde lo había visto con anterioridad. Vio varias velas iluminar el símbolo y un periódico que se encontraba doblado en la primera plana y lo tomó, leyendo el encabezado que rezaba en letras mayúsculas "SUPERMAN HA MUERTO". Observó las decoraciones de los alrededores, en las cuales el mismo símbolo se repetía y vio la foto del periódico, percatándose de que ese símbolo estaba en el traje del hombre. Era el símbolo de Superman, el Hombre de Acero. Blue se sentó en el suelo, justo en frente del símbolo del héroe, cruzó las piernas al estilo indio, se inclinó hacia adelante y lo tocó. Sintió el frío material bajo su tacto, y en un parpadeo ya no se encontraba en el monumento de honor, sino que se encontraba presenciando una secuencia de escenas ante sus ojos.

Un monstruo gigante dentro de un círculo de fuego.

Un hombre vestido como un murciélago, una mujer vestida de una manera algo particular.

Una especie de lanza con la hoja de color verde brillante que destilaba una luz bastante incandescente.

El monstruo estaba muerto.

Superman estaba muerto.

Un hombre era arrestado, y una mujer rescatada.

Había una pelirroja llorando.

Y tan rápido como presenció todo aquello, el panorama cambió repentinamente ante sus ojos, trasladando a Blue hacia el cementerio de Smallville, justo en frente de la lápida que rezaba "CLARK JOSEPH KENT", y un hombre desconocido le hacía compañía.

—Clark Kent —leyó Blue—. Así se llamaba el hijo de la señora Kent —añadió, hablándose a sí misma.

Conocía a Martha Kent desde que tenía memoria, y Blue podía corroborar que Clark Kent era el mejor muchacho que podía existir. Cuando era una niña, Blue veía a Clark como un hermano mayor, inclusive a veces se sorprendía pensando en él como algo más. Él fue su primer amor; vio al hombre, y se percató de que su mirada permanecía fija en frente de ella, revelando unos ojos completamente negros adornando su rostro, al igual que como cuando alucinaba con su hermano Tripp.

Sí, lo soy —lo escuchó decir. El sonido de su voz fue como un balde de agua helada para Blue, muy distante y carente de emociones—. O era, mejor dicho.

Blue lo estudió de pies a cabeza con la mirada, y pronto comenzó a atar todos los cabos sueltos que se entrelazaban: el hijo de Martha Kent era un periodista del Daily Planet y vivía en Metrópolis, y justo había muerto la misma noche en la que Superman también murió, y lo más curioso del caso, era que, ambos habían muerto en Metrópolis.

—Tú eres Superman —susurró la ojiazul mirando a Clark.

Él no dijo nada. Se habían sumido en un silencio bastante abrumador e incómodo, y pronto, como todas las veces en las que hubo hablado (o haciendo el intento de) con Tripp, escuchó a Clark decir:

Estamos condenados.

La joven Sullivan parpadeó y agitó su cabeza hacia los lados, encontrándose de nuevo en el monumento de honor a Clark Kent... O bueno, Superman para el resto del mundo. Se levantó de su asiento improvisado y antes de irse del monumento dijo:

—En donde sea que estés Clark, tu madre te extraña.

BLUE PHOENIX ↯ JUSTICE LEAGUE|✔Where stories live. Discover now