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- ¿si?, ¿hola? -. Dije contestando el teléfono.
- hey, _________, ¿cómo te encuentras? -.
- bien, ¿y, tú? -. Dije nerviosa.
- bastante bien, ¿sabes? Necesito tu ayuda, ¿paso por ti? -.
- ¿que ayuda necesitas? -.
- bueno, quiero hacer el proceso de admisión para universidades -. Comencé a sudar frío, no quería decirle a Milo que no lo vería en muchísimo tiempo.
- ¿universidades? -. Dije asustada.
- si, ¿qué ocurre? -.
- ah, pues nada, claro que te ayudo, no te preocupes -.
- gracias, _________, eres la mejor, por cierto, ¿cómo amaneciste, princesa? -.
- bueno, bastante bien, podría decir -. Solté una risita nerviosa.
- genial, pasaré por ti en diez minutos, ¿si? -.
- por supuesto, Milo -.

¡Ay no!, Milo vendría, quizás Mamá de la emoción le diga que quede en Hardvard, algo lejos de aquí, necesito prepararme bien para decirle completamente. Comencé a pensar en cómo se lo diría, ¿y si no vuelve a hablarme jamás?, tenía muchísimas dudas en la cabeza que a duras penas podía conllevar sola; necesitaba en parte, espacio, sin embargo, ninguna palabra salía de mi boca con coherencia, estaba demasiado emocionada por entrar a la universidad de mis sueños, pero también tenía que perder a quién amo, la desdicha tiene que ser así, ojalá me quedara aquí en la universidad de California, pero mi mente va por más, emplea mis sueños, no puedo dejarlos ir, y menos por un chico; ha sido mi sueño por varios años graduarme de Hardvard y haber estado ahí como alumna, mejor dicho, he sido la primera seleccionada por mi rendimiento académico, no puedo echar abajo esta oportunidad en sí, es imposible, que ha sido mi sueño por mucho tiempo, si Milo me ama como dice lo entenderá, de seguro lo hará, conozco a Milo, formó parte de mi primera amistad masculina, y lo conozco desde principios de año, pero jamás hemos estado en este tipo dé situaciones y como se puede contemplar, la situación es complicada, porque prácticamente estoy abandonado su amor, pero por otro lado, estoy siguiendo mis sueños, dejaré a mi madre, aquello es lo que más me destroza el alma, dejar a mi querida madre, la que me ha criado desde mi nacimiento, la que siempre ha estado a mi lado en cada circunstancia, sin importar cuál, ella siempre se encuentra allí para mi, y la amo, con toda mi alma; ella está de acuerdo con cumplir mis sueños de ir a Hardvard, sabe que me hará completamente feliz esta parte de la decisión, ella lo entiende, y es lo que mas aprecio de sus palabras, de su conocimiento especial, gracias a ella cumpliré mis sueños al fin. Pero pensándolo bien, Massachussets no se encuentra tan alejado de California, pero aún así los pasajes son carísimos de entre estado en estado, Mamá dijo que me iría a visitar de vez en cuando, las veces que ella pudiera.

- ¡___________! ¡Vienen a verte! -. Grita mamá desde la plantea baja.
- ¡ya voy! -. Grito.

Tomó mi teléfono de la cómoda y bajo rápido las escaleras, al llegar al último escalón casi resbalo y caigo, pero la verdad es que sólo tambaleo.

- ¿estás bien? -. Pregunta Milo, que venia con un ramo de claveles rosas en la mano.
- si, por supuesto -. Dije, me acerqué a el.
- ten, son para ti -. Me tendió los claveles.
- ay, Milo, ¿por qué te molestaste? -.
- ¿disculpad? ¿Acaso aquí no vive una princesa llamada, _________? -.
- que tierno eres -. Reí y llevé los claveles a un florero con agua, los dejé sobre la mesa.
Me tomó de la mano y me miró detenidamente a los ojos.

- __________, ¿puedes acompañarme a mi casa a ayudarme? -.
- pero, ¿qué tal si lo hacemos desde mi computador? -. Lo dejó pensando.
- sería una idea bastante prodigiosa, como tú -. Reí.
- bueno, ¿vamos a buscar el computador? -.
- claro -. Fuimos ambos por el computador, pues lo llevé a la mesa de la plantea baja.

- bueno, aquí está -.
- genial -. Abrió el computador con mucha tranquilidad, y había olvidado que se había roto la pantalla y apenas se veía lo que estaba en la pantalla, Milo se asustó bastante al ver la pantalla totalmente destruida del computador.

- bueno, esta roto -. Dije nerviosa.
- ¿qué - qué le paso? -. Decía Milo atemorizado.
- Milo, el otro día se me cayó de la repisa, lo había, olvidado completamente, lo lamento -. Pensó un poco.
- bueno, eso significa que tendremos que ir a mi casa, te prometo que mi computador no se ha caído de la repisa, iré a preguntarle a tu madre -.
- esta bien -.

Llegamos a su casa, sus padres no se encontraban, y la casa estaba en silencio total.

- ven, sube conmigo -. Dijo tendiéndome su mano. La tomé.

Abrió la puerta de su habitación y en letras gigantes y brillantes decía.

"___________, princesa, ¿te gustaría ser mi pareja en la fiesta de graduación?"

Quedé boquiabierta, totalmente, y algo dentro de mi pecho se estremeció.

- ¿y que opinas, princesa? -. Dijo Milo tomando mi mano.

Había olvidado por completo la fiesta de graduación, tenía que comprar un vestido, urgentemente, Dios mío, había olvidado aquello de tanto estudio. No sabía que responder, era extraño, de verdad quedé boquiabierta y con asombro total.

- bueno, ¿dirás algo? -.
- si -.
- ¿qué? -. Dijo.
- ¡digo que sí! -. Contesté feliz abalanzándome sobre sus brazos y el me dió un tierno beso.

Someday (Milo Manheim y tú)Where stories live. Discover now