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Me desperté extrañada y a la vez incómoda, pero me levanté enseguida, y sumergí mis pie en mi zapatillas de dormir de conejito rosa, y me dirigí al tocador, y allí me apoyé en el lavabo de modo intentando despertar, es extraño, mis párpados estaban casi adheridos entre si. Me quité toda la ropa, y entré a la ducha.
Mi pié, al tocar a cerámica de la tina se humedeció del frío y rápidamente dio la señal de hacer temblar a todo mi cuerpo; me arropé con mis brazos y entré de puntillas hacia la tina, abrí el mono mando hacia el agua caliente, y comencé a ducharme hasta llenar la tina con agua para sumergirme en ella. Al llenarla por completo me senté en ella con ayuda de los costados para no resbalar y cometer un accidente tal cómo la muerte de Withney Houston.
Sin embargo, me ayudé con algo de sales minerales para limpiar mis poros, y me decidí a relajar allí, necesitaba una mañana así, sobre todo porque se trataba de domingo, máxima relajación entre la mañana.
Para deshacer la relajación, sumergí mi cabeza para despertar, al levantarme de la ducha, provocó un absoluto frío en mi, me hizo temblar de manera exagerada. Tomé la toalla rápidamente junto con la bata, comencé a maquillarme, junto con cepillarme los dientes y el cabello, tomé la secadora y dejé que fluyera todo aquel viento cálido en mi cabello y rostro.

- ¡allí estás, ______! -. Dijo Johan. Por un momento olvidé que Johan ahora se quedaba aquí.
- buenos días, Johan -.
- buenos días, ¿puedo entrar al baño? -.
- por supuesto -. Dije y el entro de inmediato, bastante rápido, al no tener nada, aparte de las zapatillas, no tenía nada como sandalias o algo para levantarse por las mañanas, así que se fue muy rápido, porque el piso se encontraba frío.

Comencé a vestirme, elegí unos pantalones rosas ajustados, cómo los que siempre solía usar, un sweater blanco y una parca de color rojo oscuro, pero no demasiado, mis zapatillas nike me acompañaron aquel domingo. Saqué mi
Teléfono del conector y bajé rápidamente por las escaleras, antes de que Johan saliera del cuarto de baño para vestirse. Aquel día no hice ningún peinado en mi cabello, aparte de cepillarlo, no hice más.

Encendí mi teléfono, y me quedé sentada en la silla, con los codos apoyados en la mesa, esperando que la manzana desapareciera y tuviera que concluir con el PIN.
Como demoraba un poco, decidí encender el hervidor de agua para hacer un té.
Volví a la mesa y el teléfono ya esta a encendido. Comencé a ver los mensajes.

Milo: ______, ¿estás?, ayer te vi, ¿me contestarás?, ______, ¿pasó algo?, por favor contesta, estoy demasiado preocupado, no se que pensar, ¿qué te hice?, ¿cariño?, ¿me contestarás?, ¿lo harás?, ¿al menos lo verás?.

Bueno, ya era demasiado, debería hablar con el, así que marqué a su número.

Sonaba, dio hasta tres Bip! Y alguien contestó.

- hola -. Se escuchaba Milo, un poco enfermo al parecer.
- hola -. Dije.
- ¿_______? -.
- si -.
- ¿qué ocurrió? -.
- nada, lo hablaré contigo esta tarde, ¿te parece? -.
- claro, pasaré por ti a las 16:15 -.
- prefiero que nos juntemos en algún lugar -.
- iré, hace frío y te invitaré a un lugar -.
- pero, puedo irme sola -.
- lo se, pero quiero ser caballeroso, ¿si? -.
- esta bien, te estaré esperando, 16:15 -. Corté.

Luego llega mamá en pijama.

- ¿con quién hablabas, hija? -.
- con Milo -.
- ah, Milo, vino ayer y preguntó por ti, dejó estas flores, le dije que habías salido, y se retiró un poco triste -.
- es esa razón por la que lo llamo -.
- entiendo, ¿y Johan? -.
- está arriba, creo que vistiéndose -.
- esta bien -.

- hola -. Dije.
- hola, te traje esto -. Me tendió una rosa blanca, muy bella. - se que no es mucho, pero es algo -.
- es muy bonita, gracias -.
- tu lo eres -.  Le dirigí la mirada a mi madre y ella me tendió la rosa para que yo pudiera salir.

Caminamos hacia una parte que nunca jamás en mi vida había visto.

- ¿adónde vamos? -.
- sorpresa -.

Seguimos caminando con un silencio bastante incómodo, pero se podría decir que es cómodo en cierto modo.

- oye, ¿y qué quieres hablar? -. dijo.
- bueno, cuando lleguemos te diré -. Me observó detenidamente, todo fue tan rápido.
- eres tan bella -. Me dijo deteniéndose y corriéndome un cabello que estaba danzando frente a mi rostro.
- ¿de verdad crees eso? -.
- no te podría decir que lo creo, porque creer es algo que podría no ser real, algo que no sabemos que existe, pero al igual creemos en aquello, cómo la religión, yo puedo haber comprobado este conocimiento, tu belleza es real, total, yo la veo -.
- que lindas palabras dices -.
- que linda eres tú -. Me besó, no pude quitarme.

Someday (Milo Manheim y tú)Where stories live. Discover now