Someday (Milo Manheim y tú)

17

- dime -.
- nosotros, pizza, primer día -.
- ¿si? -. Se puso alegre.
- recuerdo algo, no se si eres tu, pero es una silueta idéntica a ti, estamos comiendo pizza en el Papa Panini's juntos, el primer día cuando te mostré el Instituto, y en vez de hacerlo, fuimos por batidos -.
- ¡si! -. Me abrazó alegre.
- pero, es lo único que recuerdo, necesito más tiempo, dices que hemos sido amigos por más de un mes, y que comenzamos a ser novios el fin de semana -.
- si, eso dije, pero no recuerdas nada más -.
- no, lo siento -. Volví la mirada al cartón de la pizza para reintentar si podría recordar algo, pero no.
- no te preocupes, linda, si recordaste esto, no creo que demores tanto en recordar la historia completa -.
- ¡lo sé! -.
- algo es algo -. Me abrazó.
- si, recuerdo que en ese momento, éramos amigos, entonces eres, mi primer amigo hombre y el único, que ahora es mi novio -.
- me alegra tanto que recuerdes -. Dijo sonriendo. - te juro que si pudiera, te elevaría por los aires, pero tengo que cuidarte y no estas apta para hacer esas cosas -.
- será para la otra -.
- pues si, cuando estés recuperada, no dudes que lo haré -.
- estoy de acuerdo -. Me miró profundamente, lento, serio y fijo. - ______, quiero preguntarte algo -. Se acercó a mi.
- si, dime -. Dije un poco nerviosa.
- ¿po-podría besarte? -. Dijo nervioso también.
- no lo sé -. Contesté, la verdad es que no estaba segura.
- no te preocupes, si no quieres, no importa -. Me acerqué a el.
- intentemos -. Dije un poco nerviosa, solo había besado una vez a Milo según mis recuerdos, que se sitúan en el hospital.
- esta bien -. Me acercó hacia el, sutilmente, y me corrió el cabello que estorbaba mis ojos, tragó saliva y acarició mi mentón. - eres tan bella -. Se acercó lento, podía sentir el latido constante de su corazón y su respiración agitada, de pronto, me besó. Me sentí bien y lo abracé, fue algo bonito, yo, ya no me sentía tan desconocida con el, aunque seguía sin recordar que éramos novios, de alguna manera el me atraía de una manera exponencial. Las leyes de la física no podían asemejar aquello, se trataba cómo una caída libre de mi corazón, la gravedad estaba en cero y no en 9,8 como resulta ser, la fuerza gravitacional estaba matándome, y mi elipse en torno a el, se estaba desbaratando, me separé sutilmente y nos miramos.

- es muy lindo estar contigo -. Dije sonriendo.
- no tanto como es estar contigo -.
- ese beso, ha sido el mejor de mi vida y existencia, no he besado nunca, al menos a nadie más, me haces sentir viva de alguna manera -.
- no cómo tu me haces sentir que vivo, eres mi arjé, ¿lo olvidas? -.
- vaya, si -.
- hasta yo olvide que lo habías olvidado -.
- ¡qué dilema no! -.
- pues no es como el dilema de tu belleza -.
- ¿qué cosas dices, Milo? -. Dije coqueta.
- la verdad -. Dijo.
Miré hacía la mesa y la pizza aún seguía allí.
- Milo, creo que si no comemos esta pizza, se va a enfriar, odio la pizza fría -.
- yo también, ¿comemos? -.
- si, claro -. Reí y el también lo hizo, así que se podría decir que reímos juntos,

Cogimos la pizza, la partimos y la llevamos a la sala de estar, nos sentamos muy cómodos y muy abrazados, mientras comíamos pizza y veíamos The Big Bang Theory.
De pronto una rebanada de champiñón se cae sobre la pierna de Milo, me asusto.

- oh, Milo, lo siento mucho, lo limpiaré -.
- descuida, _____, es solo un pantalón y se puede lavar -.
- no, no, iré por toallas, vuelvo enseguida -.
Fui por toallas  a la cocina y volví, al querer limpiar el pantalón de Milo, el me quitó la toalla y comenzamos a forcejear, pero delicadamente, hasta que caí sobre el, y me besó; aquella, era la mejor noche de mi vida, me sentía bien, plena y a gusto.