Epílogo

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Cinco años después.
El viento golpeaba mi cara suavemente, el día estaba soleado y despejado y yo  estaba sentada encima de una de las ramas de un árbol grande y con las suficientes hojas para que nadie me viera pero dejandome una vista perfecta de la plaza central de la ciudad.
El ojimiel salió de la heladería con dos  helados uno en cada una de sus manos, sonrió cuando vio a la pelirroja sentada en la banca donde la había dejado, le dio su helado y se sentó junto a ella para luego darse un pequeño beso.
Suspire y sonreí antes de bajar del árbol, caminé adentrándose en el bosque para luego encontrarme con Sasha y mis hijos de cinco años cada uno.
Ashton había muerto hace un año en una batalla con una manada vecina, dejándome a mi como la que ahora gobernaba la manada pero rechace mi puesto y en mi lugar quedó el beta  de la manada.
Nunca pude querer a Ashton, el prrimer año fue un verdadero martirio luego llegamos a un tipo acuerdo en el que ninguno se hablaba, entonces todo fue un poco mas tranquilo.
Ahora era libre e iba a ser algo que quería desde el principio.
Tomé la mano de Sara con una mano y con la otra tomé la de Cassian. Los tres caminamos detrás de Sasha hasta que llegamos a su pequeña cabaña.
-¿Estás segura? -Asenti.
Los niños se quedaron en la sala mientras yo subía con Sasha a la habitación. Me volvería humana. -Debes estar tranquila. Ya sabes deja tu mente en blanco. -Asenti y cerré los ojos, haciéndole caso, deje mi mente en blanco.
La escuchaba decir una palabras en un lenguaje antiguo y pronto sentí como algo se despegaba de mi, de pronto ya no me sentía tan fuerte, apenas oia y entendia los susurros de Sasha hasta que despues simplemente ya no los entendí.
Luego de unos minutos Sasha terminó de murmurar, yo abrí mis ojos viendo borroso primero hasta que mi vista se aclaró, me acerqué al espejo que Sasha tenía y me miré en el. Seguía siendo yo, no había cambiado físicamente pero si había cambiado de otra forma; ya no escuchaba los sonidos del bosque, ni los latidos de Sasha, ya no me sentía tan fuerte y sobre todo ya no había un aura peligrosa a mi alrededor. Era una humana común y corriente.
-Si algún día quieres revertir esto sólo tienes que decirme. - Negué con una pequeña sonrisa en mis labios.
Ambas bajamos las escaleras y nos despedimos cuando tome las manos de mis hijos, luego los tres salimos del bosque.
Ninguno de ellos hizo preguntas cosa que agradecí.
No pude negar que se me hacía rato simplemente no escuchar nada a mi alrededor más que mis pasos pero era cosa de acostumbrarme.
Una vez que salimos del bosque solté las manos Sara y Cassian, ellos no tardaron en correr a los juegos del parque y yo me sente bajo un árbol observandolos.
Por un momento miré hacia donde Thomas había estado con la pelirroja, seguía ahí, ambos reían y yo sonreí aún más cuando no sentí mi conexión con él. 
Ambos éramos libres, yo seguía amandolo pero ahora podría enamorarme de alguien más para dejarlo a él en el pasado como mi primer amor y él se ha enamorado de una chica que parece hacerlo felíz y a mí me ha olvidado.
Él volteo al sentirce observado y nuestras miradas se cruzaron, le sonreí y el me sonrió antes de volver a su charla con la chica y yo volví a mirar a los niños.

Miranda ||BORRADOR||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora