Miranda ||BORRADOR||

Capítulo 8

—No sé de que me hablas, cariño. Sólo se que te enamoraras de él si lo aceptas como mate, la Luna lo puso en tu camino por una razón; son el uno para el otro.
—¿Estuviste deacuerdo con papá en hacer el trato? —Un nudo se había formado en mi garganta haciendo que me diera un poco más dificil hablar.
—No sé de que trato me hablas.
—Papá aceptó que yo viviera en la casa principal con Ashton si a cambio él los mantenía de por vida. —Gruñi, ella fruncio el ceño y negó levemente con La cabeza.
—No tenía idea cariño, pero supongo que tu padre sólo quizo sacar provecho de la situación, aún si el Alfa no hubiera aceptado el trato tú tendrías que irte con él. —Me sonrió a lo que yo gruñi.
—Sabes que eso no es verdad mamá, mi padre es un alfa más antiguo que Ashton, si él se negara a que yo me fuera con Ashton él tendría que aceptarlo.
—Cariño, no pienses en eso ahora. Mejor recapacita y acepta al alfa...
—¡Mamá! — Grité interrumpiendola y sobresaltandola. —¡Mi papá me vendió y a ti sólo te preocupa si acepto o no a Ashton! ¿Acaso hicieron otro trato en donde tú me convences para  que lo acepté y así les den dinero? — Ella sólo me sonrió y se acercó a mí para acariciarme la mejilla.
—Sólo pienso en tu felicidad y sé que eso está al lado del Alfa. Él te ama y tú también lo haces sólo que ahora no lo quieres aceptar. — Bufe y retrocedi un paso alejandola de mi.
  No entendía porque me decía esto. Ella siempre decía amarme pero con esto lo dudo mucho, ¿Porqué no me apoyaba? ¿Porqué no luchaba conmigo para que pudiera salir de aquí? ¿Acaso no se da cuenta de que sólo me empuja más a mi destrucción?
—¡Él no me ama mamá! ¡Esto no es amor! ¡Mamá, por favor! — Le grité desesperada y con lágrimas en los ojos. Esto es una pesadilla, ¡Díos! ¡Esto tiene que ser una pesadilla!.
—Aprenderás a amarlo. —Dijo tranquila y yo solloce. ¡¿Cómo puede decir eso?! ¡¿Acaso está ciega?!—Debo irme cariño.
—¡No! — Grité tarde, ella ya había salido de mi celda y cerrado la puerta. —¡Mamá! ¡No te vayas por favor! —Solloce.
  Ella me sonrió y se dio media vuelta a para  irse.
—¡Mamá! ¡No me dejes! —Le grité pero ni siquiera volteó a verme. —Por favor. —Susurre pero siguió ignorandome. —¡No te lo perdonare! —Grité cuando ya habia salido de mi campo de vision
  Me sostuvo de las rejas ignorando el dolor por la plata. Intenté calmarme pero no podía para llorar, poco a poco fui bajando hasta quedar de rodillas en el piso.
—No quiero estar aquí. —Susurre.—Sacame, por favor.
***
  Un año después.
  Todo sigue igual excepto por mi, por mi cuerpo, por mi salud. No podía romper las rejas, no podía escapar y morir fue la única salida que encontré.
  Había dejado de comer la escasa comida que me daban, bebía muy poco y me hhabua apegado a las rejas de la celda para acelerar el proceso.
—¿Qué crees que haces? — Preguntó Ashton, él se mantenía apoyado el la pared con sus manos escondidas en los bolsillos de su jeans. —Hace más de un mes que no comes. —No le respondí al igual que las otras veces que había venido.
—¡Respondeme! —Gritó pero yo seguí sin hacerle caso y cerré mis ojos para que ya no me molestara la escasa luz que provenía desde la entrada.
  Su mano fue directo a mi cuello, me cortó la respiración y elevó mi cuerpo en el aire. Abrí lentamente los ojos para encontrarme con los suyos amarillos mirándome con furia pero yo no refleje ninguna emoción.
—Te mataré. — Me amenazó a lo que sonreí levemente. Él bufó y me soltó dejando que todo mi cuerpo se golpeara con el suelo.
—Quieres morirte. —Afirmó.
—Te dije que saldría de aquí a como diera lugar. —Mi voz salió débil y casi en un susurro pero sé que él me escuchó perfectamente.
—No dejaré que mueras, sabes bien que si mueres yo me debilito. —Una pequeña risa salió de mi, él me miró con el ceño fruncido y confundido.
—¿Crees que me importa lo que te pase? A ti no te importa lo que me pase y a mí me importa menos lo que a ti te pase.
—No dejaré que te mates. —Gruñó, yo sonreí y ayudándome con la pared me levanté del suelo.
—hagamos un trato. —Asintió. —Mi libertad a cambio de que no atente contra mi vida. Seguirás siendo fuerte. —extendi mi mani hacia él y después de unos segundos Ashton la tomó.
—Bien. —Él jaló de mi mano haciendo que mi cuerpo chocara contra el suyo, me agarró fuertemente de mi cintura y luego sentí como un par de colmillos se clavaban en mi cuello. Todo eso fue muy rápido, no logré reaccionar a tiempo.
  Grité por el dolor que sentía, intenté alejarlo de mi pero estaba muy débil, apenas podía moverme y entonces lloré en silencio sabiendo lo que esto significaba. Y cuando por fin saco sus colmillos de mi me empujó haciendo que chocara contra la pared.
—Podrás estar en cualquier lugar del mundo pero nunca te libraras de mi. —Lo escuché decir antes de que todo se volviera negro.