Capítulo 15

146 14 0
                                    

  Al día siguiente decidí no ir al instituto. Quería pasar este día tranquila y hubiera sido así si mi marca no doliera tanto.
  Tal vez sería más soportable si sólo fuera en el cuello pero también duele en el pecho, es como si me estuvieran apuñalando una y otra vez en el pecho con un cuchillo de plata.
  Mis ojos estaban llorosos y con mi mano tapaba mi boca para no gritar, lo último que quería era llamar la atención de los vecinos.
  Sólo tenía que rechazarlo para que esto parara pero no quería arriesgarme al acercarme tanto a él. Pero desde otro punto de vista morir sería mucho mejor que sentir este dolor cada vez que a él se le de la gana.
  Tomé una cuántas respiraciones y traté de concentrarme en cualquier cosa que no fuera el dolor.
  Unos ojos mieles no tardaron en aparecerce en mi mente y por increíble que suene el dolor disminuyó de una forma considerable.
  Me mantuve pensando en Thomas, al fin y al cabo no era tan difícil y hacia que el dolor fuese aguantable.
   Tal vez no debería de pensar en él, bueno, no debo pensar en él. Lo que ambos sentimos es sólo una ilusión pero ¿si en mi esa ilusión se vuelve realidad y para él no? No quiero arriesgarme a eso.
  Quiero que cualquier cosa el que sienta por mi sea real y no planeado por una diosa que él ni siquiera conoce o cree.
  Suspire y decidí no levantarme de la cama, no desayuné, no comí. No me levanté hasta que el reloj marcó las 18:00 pm. 
  Por mi mente pasó la idea de no ir a la cita, de alejarme lo más posible de él pero no podía; no quería dejarlo plantado, la idea Me pareció horrorosa tan pronto pasó por mi mente y el alejarme de él fue totalmente descartada.
  Me duché y Me vestí con unos jeans azules ajustados y una blusa blanca debajo de una sudadera roja.
  Veinte minutos después tocaron mi puerta, sabía que era él por su olor. Por un momento me sentí nerviosa pero cuando abrí la puerta ese sentimiento rápidamente se esfumó. Sin dudas él sabía vestirce mucho mejor que yo.
  Me sonrió y acomodó sus lentes antes de saludarme con un beso en la mejilla. Luego ambos bajamos las escaleras y salimos del edificio, nos montamos en su auto y no fuimos a donde sea que tenía planeado ir. Sólo me dejé llevar,  no insisto en saber a donde íbamos, ni siquiera le pregunté. 
  Luego de unos minutos de viaje nos desviamos de la ruta y entramos en un camino de tierra que separaba el bosque de un gran lago a las afueras de la ciudad.
  Este lago es una zona turística bastante concurrida en verano pero en otoño o invierno casi no venía gente a pesar de que en esas épocas el lago presentaba un paisaje hermoso como sacado de una película.
   Nos ubicamos debajo de un árbol lo bastante lejos del agua para que no nos haga tanto frío.
  A las 20:00 de la noche empezaba a oscurecer, nosotros habíamos tardado treinta minutos en llegar y otros diez o quince en acomodar todo por lo que estábamos a tan sólo minutos de ver como el sol se escondía.
  Tomamos un sanwich cada uno y de alguna manera terminamos sentados muy juntos mirando hacia el oeste.
  Me había relajado tanto que no pensé antes de apoyar mi cabeza sobre su hombro, él se tenso un segundo pero luego se relajó y paso su mano por mi espalda terminando en mi cintura.
  Ninguno sabía que decir, la oscuridad cubrió el cielo y las pequeñas luces llamadas estrellas no tardaron en salir junto con la Luna llena iluminando el lago y dando una vista perfecta.
—Lo siento, debes estar aburrida, no soy muy bueno hablando... —Sonreí y negue con la cabeza.
—Yo tampoco soy muy buena hablando... pensé que tu te estabas aburriendo. —Lo escuché reir y luego negó con la cabeza y me acercó más a     él por la cintura.
  Me tenía sonriendo como boba.
—Estoy bastante cómodo, pensé que iba a estar nervioso, digo esta es algo así como la primera vez que tengo una cita.
—¿Nunca tuviste una cita? —Mi corazón golpeó mi pecho en un fuerte latido. Me gustaba, me emocionaba ser sus primeras veces.
—Si las tuve, pero que esta es la primera que va bien...
***
Ashton.
—Alfa, encontramos a la señorita Miranda con un chico de unos diesisiete años, están en una especie de cita. —Me informa Lucas.
Suspiro y asiento para que se retire.
  Tenía a tres lobos siguiendo a mi mate, no sé si mis lobos son muy buenos o Miranda muy despiestada, ni siquiera sospechó que alguien la seguía. Otra razón por la que no merece ser mi mate...
  Mi mate tuvo que haber sido una alfa,  alguien fuerte no esa mosquitos muerta. Pero a pesar de eso no puedo dejar de lado mi conexión con ella, mi lobo la reclama, la quiere a su lado y yo conseguiré lo que quiere.

Miranda ||BORRADOR||Where stories live. Discover now