Capítulo 5

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Un mes después.

No había vuelto a saber sobre mi antigua manada pero sabía que me estaban buscando por todo el bosque. No se atreverían a venir a la ciudad y eso hacía que me relajara y viviera mi vida de una forma más normal.
Había conseguido un trabajo y mis estudios iban exelente, aquí no me molestaban por tener calificaciones altas en todas las materias ni por leer un libro nuevo cada día ¡Díos! ¡¿Porqué no me escapé antes?! Estaba feliz con mi vida sin embargo mi loba estaba decaida y algo callada. Era como si nunca me hubiera convertido pero no puedo reprocharla, sé que le hace daño no estar con su mate.
En el Instituto en realidad no hablaba con nadie y aunque nadie me molestaba, no faltaba el chico malo que molestaba a los alumnos.
Lucas es de mi clase, y siempre a molestado a los de cursos menores, lo veo en cada receso molestando a alguno, en especial a un chico de ojos color miel y cabello azabache. Se ve que es tímido, casi siempre lleva ropa oscura y debo decir que es muy bonito.
Se me había pasado por la mente interferir, sin embargo no quería ser el centro de atención, prefería seguir siendo invisible aunque suene egoísta
Ahora estaba en la cafetería del Instituto, Lucas había faltado por lo que todo estaba tranquilo. El ojimiel se paseaba de aquí para allá sin temor de que le quitaran su dinero, se veía relajado pero tal vez algo nervioso por mi mirada, el volteo a verme, nuestras miradas se cruzaron y él rápidamente la desvío.
Había algo en él que me hacía querer hacercarme pero no sabía qué sin darle demasiada importancia me dirigí a mi salón de clases.
***
Cuando la jornada terminó volví a mi departamento a adelantar algunas tareas y luego de una horas ir al trabajo.
Trabajaba de cajera en un restaurante de comida rápida, tomaba los pedidos y cobraba el dinero no era muy difícil y me pagaban bastante bien. Entraba a las 18:00 y salía a las 23:00.
Este día no fue diferente entre a la hora dicha y salí en la noche, tome un taxi a casa y una cuadra antes de llegar busque mis llaves en el bolso. Le pagué al taxista y me bajé del auto para subir al departamento.
Una vez arriba introduje la llave en la cerradura sin embargo esta no dio vuelta para poder abrir la puerta, extrañada tome el picaporte y lo baje, la puerta estaba abierta.
Las luces estaban apagadas tal y como las había dejado, entre con sigilo tratando de no hacer ruido pero fue en vano ya que al dar dos pasos dentro, algo negro cubrió mi cabeza y una mano se posó en mi boca para que no pudiera gritar.
-Te encontré. - Reconocí su voz perfectamente, mi corazón saltó por el miedo e intenté luchar en vano.
-Eres mía. - Susurró en mi oído y cargo mi cuerpo con una mano mientras que con la otra tapaba mi boca.
Sentía como su cuerpo se movía al caminar y como después bajaba las escaleras mientras yo pataleaba tratando de golpearlo.
-Abre la puerta. -Le ordenó a alguien por lo que supuse que ya habiamos salido del edificio.
El se sentó conmigo en su regazo y luego me quito la bolsa de tela de mi cabeza.
Inpeccioné a mi alrededor, estábamos en la parte trasera de un auto, Adelante iba manejando un hombre de unos treinta y siete años vestido completamente de negro.
Intenté alejarme de Ashton pero el me apretó más de la cintura logrando que me quejara.
-¿Creiste que te escaparias de mi? Preciosa - Susurró en mi oido. Gruñi tratando de verme amenazante a lo que él rió.
-No quiero estar contigo, la Luna se equivocó al ponerte como mi mate. -Traté de sonar lo más fría posible para ocultar mi miedo.
Él me sonrió y sentí como su mano tocaba directamente la piel de mi cintura. Traté de moverme para alejaron de nuevo pero esta vez, en vez de que el me apretara, sentí como mi piel se quemaba. Me dejé de mover de repente a lo que él sonrió más.
Miré mi cintura y vi un pequeño corte que empezaba a curarse, luego mire su mano y me asusté aún más al ver que tenía un pequeño cuchillo con el mango de madera y la hoja de plata.
-Estoy totalmente deacuerdo contigo.- Comenzó, volví a mirarlo encontrandome con sus ojos amarillos. -Mi mate tuvo que haber sido alguien fuerte, una alfa, no una estupida Delta. Pero así son las cosas y yo no dejo a lo que es mío. - Tragué duro pero esta vez no me moví, no traté de hacer nada porque sabía que la pequeña cortada de antes era tan sólo una advertencia y que el era capaz de hacer cosas mucho peores.
Me mantuve quieta y callada durante todo el viaje. No tardamos en llegar a la manada, mientra más nos acercabamos al límite, la imagen de mi padre se hacía más clara. En su rostro no había expresión alguna y sus ojos negros ahora estaban amarillos. Estaba enojado aunque no lo mostrara.
El vehículo se detuvo a su lado y Ashton bajó la ventanilla.
-Miranda. - Por un segundo su mirada se conectó con la mía pero luego la desvió al Alfa hacendo un asentimiento de cabeza en forma de saludo.
-Ella vivirá en la casa principal, no tendrá permiso de volver con ustedes. Y nuestro acuerdo se cancela, yo no los mantendré. -Gruñó.
Me quedé en shock procesando las palabras que Ashton había dicho: ¿acuerdo? ¿Mi padre me había vendido?
Ashton subió la ventanilla y apretó su brazo en mi cintura. Pero no le hice caso mi cabeza seguía pensando en lo que Ashton había dicho; sabía que mi padre era capaz de esto, pero aún así sabiendolo, igual dolía.

Miranda ||BORRADOR||Onde histórias criam vida. Descubra agora