A Lauren le gusta dibujar a Camila a escondidas. Es el único momento del día en el logra escapar de su miserable y dura realidad, cuando se sienta en esa banca a esperar por ella y así poder retratarla. Todo lo que tenga que ver con Camila la hace s...
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Open up your eyes, shut your mouth and see. That I'm still the only one who's been in love with me.
La canción comenzó a sonar por aquel club nocturno y Lauren sintió todos sus bellos erizarse y la adrenalina correr por sus venas. Los acordes y voz familiar inundaron sus sentidos mientras sentía al desconocido muchacho frente a ella besar su cuello con necesidad.
No recordaba su nombre y mucho menos de donde salió pero ahí estaba ella, dejándose ser besada por unos labios forasteros y unas manos bruscas. Se hubiera quejado si es que su mente no estuviera tan nublada por el alcohol en su sangre y la gran nube de humo que los cubría a ambos.
I'll guess I'll be getting you stuck in between my teeth. And there's nothing I can do about it.
El muchacho estaba obsesionado con ella, Lauren lo sabía pero prefería ignorarlo. Las personas en general tendían a obsesionarse con ella, a querer controlarla y a buscarla incesantemente como perritos falderos. Eran capaces de perder su dignidad con tal de pasar un minuto más en su compañía. Y a pesar de que lo odiaba, había una parte suya que también lo amaba.
Amaba tener tanto poder sobre las demás personas, de poder manipularlos y controlarlos a su antojo, de verlos humillarse por ella y dejarse ser pisoteados. Los encontraba patéticos y no podía entender como es que podían llegar tan bajo. Pero no era su culpa el ser así. Ellos eran los que decidían hacerse adictos a ella.
¿Qué culpa tiene la droga de ser tan adictiva?
Broke a finger knocking on your bedroom door. I got splinters in my knuckles crawling across the floor.
"¿Trajiste lo que te pedí?" Preguntó en un aliento tomando el rostro del chico en sus manos para que le prestara atención. Este tragó pesado mientras tenía su mirada clava en sus labios, hipnotizado y fuera de si. El chico asintió como un perrito llevando su mano a su bolsillo trasero y sacando una pequeña bolsita plástica con dos pastillas blancas en el interior. Lauren sonrió tomando la bolsa.
"Buen chico" lo felicitó acariciando su mejilla a lo que el castaño se sintió orgullosos de si mismo por satisfacer a Lauren. La ojiverde simplemente pensó que era un idiota por hacerle caso en todo lo que le pedía. Esas pastillas costaban una fortuna.
"Abre tu boca y saca tu lengua" ordenó la pelinegra viendo con una sonrisa como el chico obedecía sin hacer preguntas. Se veía ridículo. Lauren puso la pastilla en el centro de su lengua, viendo cómo esta contestaba a la perfección con lo rosado de sus labios, la saliva en su lengua y sus dientes blancos. La ojiverde pasó su pulgar por su barbilla antes de besarlo con la boca abierta, sintiendo como el muchacho de inmediato empujaba la pequeña tableta a su boca y ella de inmediato la tragaba sin dificultad. Esta bajó por su garganta y Lauren simplemente soltó un suspiro de alivio al saber que pronto podría sentir la droga en su sistema. En 20 minutos el éxtasis que acababa de consumir la haría ver estrellas y sentirse maravillosa.
