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El sábado daba comienzo con los rayos solares que se colaban por la ventana de la habitación, sus ojos se abrieron con dificultad, observó todo a su al rededor hasta que su vista de topó con el viejo y gastado reloj de su buró.

9:45 am.

Con un suspiro lleno de enojo se tapó con la cobijas hasta la cara, Jeongin odiaba levantarse temprano y más si se trataba de los sábados. Trató de recuperar el sueño contando ovejas, cantando canciones de cuna en su mente pero todo fue totalmente inútil, sus ojos estaban más que abiertos y el sueño se había marchado.

Su vista estaba fija en una de las paredes de su habitación, le parecía entretenido contar los agujeros que esta poseía y ver como la pintura de iba cayendo debido al tiempo.

—¡Buenos días al niño más hermoso de este mundo!—El azote de la puerta contra la pared asustó al chico que aún reposaba en su cama.—Hora de levantarse hijo mío, hoy tendremos un día muy ocupado y lleno de deberes.

—¿Qué no deberías ir a trabajar?—El pelinegro custionó mientras se hacía bolita sobre las sábanas.

—Es sábado cariño, yo no trabajo estos día. Además de que tu tío Yoongi realizará una cena en memoria a su aniversario.

—¿Yo debo ir?

—¿Eres parte de la familia? —El chico asintió medio dormido.—Entonces sí, debes ir. ¡Arriba Jeongin!—Con un grito retiró la colcha que cobijaba a su hijo y con las almohadas golpeaba levemente el rostro del menor.

—No quiero ir, papá.

—De acuerdo, le hablaré a Jeon para que venga por tí ya que....

—Olvídalo, me dieron muchas ganas de ir con mi tío Yoongi y regalarle unos cuantos aparatos de cocina.

Y como alma que se la llevaba el diablo salió de su cama con rumbo al baño, el pelirubio tan solo se dedicó a reír para después comenzar a sacar una de las mejores prendas de su hijo.

Sabía que a Jeongin no le agradaba lo formal, pero también tenía en cuenta que su hermano lo ahorcaría si el pequeño castaño fuera con uno de esos suéteres gigantes que solía usar. Era una suerte que había guardado unas cuantas prendas de las que Jungkook le había regalado a su hijo.

Acomodó muy bien la vestimenta de su hijo sobre la cama, una vez que esta estuviera muy bien tendida y se encaminó a tocar la puerta del baño.

—¡Me estoy duchando!—Jeongin gritó del otro lado de la puerta.

—Solo vengo a decirte que he dejado tu ropa lista sobre tu cama. No quiero que la vayas a cambiar por otra cosa o habrá serios problemas jovencito.— Jimin trató de sonar lo más serio posible.

—¡De acuerdo!

El día recién empezaba.

{...}

—Quita esa cara de "odio al mundo", no es tan malo venir con tu tío Yoongi. Habrá comida y Taehyung estará contigo junto a su amigos, puedes hablarles.—El rubio peinaba los negros cabellos de su hijo.— Te iba a decir que te pareces mucho a alguien vestido y peinado así, pero es mejor que me quede callado.

—Solo debo esperar dos años para poder ser mayor de edad y operar mi rostro.—Jeongin comentó al entender a quien se refería.

—Ni de loco harás algo así.— El pelirubio observó de mala forma a su hijo sentado a su lado.—Ni aunque seas mayor de edad, ni aunque tengas hijos. Mientras sigas viviendo en mi casa y yo siga viviendo tu rostro se quedará así.

Park Jeongin. •||K O O K M I N||•Où les histoires vivent. Découvrez maintenant