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Las hojas verdosas de aquel arreglo le causaba comezón en la punta de su nariz, y para su mala suerte no podía usar sus manos para rascarse debido a que evidentemente se encontraban ocupadas. Estaba agotado, más porque no había dormido lo suficiente y si cuerpo se sentía pesado, pero ahí estaba él rumbo a su casa acompañado del señor el Jeon, el cual cargaba algunas bolsas con comida y otras cosas que no sabía bien que eran.

—¿Quieres que te ayude con eso?— El mayor cuestionó por tercera vez en el día, a lo que Jeongin nuevamente negó concentrado en no tirar el bello adorno que tanto habían tardado en conseguir.— ¿Estás completamente seguro?— Con un leve bufido se giró a ver al pelinegro y volvió a asentir.— De acuerdo. Ya casi llegamos, pero antes, déjame curarte esa barbilla.

—Solo es un raspón señor Jeon, no necesita ser curada.— Jeongin siguió su caminata ansioso y con miedo hacia su casa, extrañaba a su padre, pero no sabía que cosas le esperaban.

—Es un raspón casi del tamaño de tu barbilla, anda ven, solo te pondré pomada y una bandita.— Y el menor nuevamente negó, Jeon era conocido por su poca paciencia, y rogar tampoco era lo de él. Sin embargo en esos momentos solamente inhaló y exhaló intentado retirar su mal humor.— Tú padre se va a preocupar si te ve así.

—Pero si solo es un raspón, no se me saldrán las tripas por la barbilla.— Aquello ya tendría al mayor gritando y mandando al carajo todo, pero no, solamente quitó el arreglo de las manos del menor y sin ejercer tanta fuerza lo tomó del brazo jalándolo hacia el.— ¡Oiga! ¡Le dije que estaba bien!

—Calla, déjame curar eso, no voy a tardar.— Y tal como lo dijo, así fue. De las bolsas que llevaba sacó lo necesario, así sin esperar más comenzó con la "sanación" desinfectándola con cuidado tratando de no lastimar al más bajo.— Jeongin, ¿Acaso comes bien?

—¿Eh? Claro que.... ¡Au! Eso arde.— Con el ceño fruncido, y una mueca de disgusto se removió evitando que el algodón con lo que sea que tuviera tocada su barbilla nuevamente.— Claro que como bien, tengo un padre que está al pendiente de mi, al igual que unos tíos muy estrictos.

—Estás muy liviano, algo escuálido.— Tomó del brazo del menor y lo movió levemente.— ¿Lo ves? No ejerces fuerza, deberías alimentarte más.

—¿Más? Doy más de 3 comidas al día, me la vivo comiendo. Así es mi complexión, y no estoy escuálido.— Lo miro mal.— Sigo en desarrollo, es eso.— Jeon tan solo río.— ¡Es la verdad!

—Claro, claro.

___

Bajo sus ojos se encontraban grandes ojeras, y los bostezos salían involuntarios indicando así el cansancio que sentía. En definitiva el rubio no había dormido nada la noche anterior, al igual que no había dejado de llorar mientras buscaba desesperado a su pequeño hijo, no tenía idea de dónde había podido ir.

Esa mañana su hermano mayor se había encargado de acudir a su casa acompañado de su familia, entre todos encontrarían a Jeongin costara lo que costara.

—Debe estar cerca Jimin, sabes lo miedoso que es, y más de noche. Quizá fue con uno de los vecinos, o con Jisung, ambos son inseparables.— Hoseok apoyó mientras le tendía una taza de café junto con un par de panquecillos para que desayunara.

—No está con Jisung, ayer marqué a su casa y su madre me dijo que no había visto a Jeongin desde semanas, creo ya no se juntan tanto como antes, no sé, dejé de prestarle atención cuando me dijo que no estaba ahí.— Talló su rostro con frustración, sentía como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas nuevamente.— Todo es culpa mía, si no le hubiera alzado la voz, o regañado por pintarse sus cabellos, mi pequeño no estaría perdido.

Park Jeongin. •||K O O K M I N||•Där berättelser lever. Upptäck nu