Capítulo 54: El último partido.

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Habia interpretado miles de papeles a lo largo de mi vida.

Podia ser la perfecta nieta mis abuelos frente a sus amigos aristócratas. Sonreír y resultar encantadora para quien me viera y oyera.

En la casa de mis padres era la hija que ellos esperaban. Ruidosa, terca y siempre con una opinión en su boca, tal y como el resto de mis hermanos.

Con mi equipo siempre estaba balanceándome entre la línea de reír con ellos y ser la voz de la razón. En realidad, Edgard siempre era la voz de la razón. Yo me encargaba de que los demás obedecieran.

En el instituto también debía actuar diferente. Representaba la chica sensata y moderada, preocupada por sus calificaciones y evitando ser parte de los chismes que recorrían los corredores.

Pero, pese a todo siempre me habia mantenido en el margen de Tessa Whitelaw.

Jamás habia fingido ser un maldito escoces con la lengua tan afilada como una navaja y con un severo problema con el Whiskey.

Rodé un hombro hacia atrás.

Estaba nerviosa.

La última semana habia descubierto que era endemoniadamente difícil ser Dawson Redwyne.

Los hombros siempre hacia atrás. Los pies separados, dando cada paso con descuido y mirando con altanería desde arriba. Esa sonrisa infernal que sacaba de quicio hasta a un santo que me habia costado muchos intentos frente a un espejo.

Además, Dawson me rebasaba por al menos dos cabezas, y solo ese truco con los anillos hacia que los demás me vieran con una altura que no existía.

Cuando me puse delante de Axel, justo a la mitad de la cancha, me sentí arrasada por demasiadas emociones contrarias.

Me descubriría. Solo una mirada y se daría cuenta en instantes de todo.

Y que me llevara el diablo, se veía malditamente hermoso.

Quería besarlo.

Axel entrecerró sus ojos y las alertas de pánico se encendieron. Sentí mis manos sudorosas y un extraño sentimiento de querer correr lejos.

- ¿Qué miras, Redwyne? -espetó.

Se habia dado cuenta.

Lo habia mirado más de lo necesario. Dawson nunca miraría tanto tiempo a Axel en silencio.

Escuché la risa para nada disimulada de alguien de mi equipo. Casi podia escuchar como estaban cobrando las apuestas. Todos habían invertido una gran porción de dinero para tratar de adivinar quien nos delataría.

¿Qué diría Dawson?

-Solo di lo más estúpido y egocéntrico que se te ocurra. -me habia dicho Tony cuando le habia confesado mi miedo a quedar en blanco cuando alguien me hablara. -Algo malintencionado que logre enfurecer hasta el alma más tranquila de este mundo y el otro.

No quería hacerle daño a Axel como Dawson siempre hacia con sus comentarios mordaces.

Pero supe que mi silencio estaba siendo sospechoso por la forma en que Jude miró hacia donde estaba.

Lo primero que hice fue sonreír, tratando de imitar esa sonrisa torcida e irónica de mi compañero.

Hubiera dado todo por estrechar la mano de Axel y terminar en nombre de Dawson ese resentimiento que existía entre ambos. Pero Dawson jamás daría su brazo a torcer, y estaría más dispuesto a cortar su propia garganta antes de ser el primero en hacer las paces con Axel.

El torneo (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora