v e i n t i s é i s

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- ¿Necesitarás que te alquile un carruaje también? – bromeó.

Calmando el ambiente, Sahara rió avergonzada y negó con la cabeza.

- Sé que no te agrada la idea pero la abuela dijo que es importante que lo haga – insistió por su lado -. Dijo que todos desearían tener la oportunidad de conocer a las personas que yo conoceré. – Al escucharla, Paris hizo una mueca de asco. – Y que hay flores.

- Asqueroso.

- Y música.

- Posiblemente desagradable.

- Y comida.

Estuvo a punto de hacer otra mueca, pero se calló y admitió:

- Su comida sí es buena.

Se dio cuenta que, incluso si trataba de no darle mucha importancia al asunto, Sahara seguía esperando que le diese una respuesta honesta a su pedido por lo que, aclarándose la garganta, Paris se irguió en su asiento.

- ¿Estás segura que quieres hacer esto, cariño?

- Ye.

- ¿Entiendes lo que significará? Sabes cómo es tu abuela en estas situaciones, te volverá loca.

- Lo sé.

No estuvo del todo convencida por su respuesta.

- ¿Por qué lo haces, Sahara? – inquirió al mismo tiempo que se ponía de pie y se dirigía a la cafetera para rellenar nuevamente su taza.

- Es la primera vez que los abuelos quieren presentarme a sus amigos, eomma – respondió ella, siguiéndola por detrás alrededor de la cocina -. Quiero hacerlos sentir orgullosos de mí.

- Ellos están orgullosos de ti, cielo.

Al decir aquello, se volteó a verla y le pasó una mano por el cabello.

- Sabes a qué me refiero, eomma.

Por supuesto que sé a lo que te refieres, pensó para sus adentros. Ella, que había intentado desde niña hacer que sus padres se enorgullecieran de sus logros, ¿cómo podía no comprenderlo? El poder sobrenatural que tenían ambos para hacer sentir a los demás como poco merecedores de su reconocimiento, ¿por qué tenían que proyectarlo también en su hija? Paris había pasado la mayor cantidad de su vida pegando su cabeza a los libros para tener las mejores notas de su clase con tal de poder sentirse digna de formar parte de su familia, y se trataron de los años más estresantes que tuvo que pasar. No quería que Sahara creyese que estaba obligada a hacer nada que no quisiese hacer. Y no estaba segura de si debía confiar en que ella estaba de acuerdo con permitir que su abuela se encargase de todo. Sabía que no le agradaba estar rodeada de extraños, mucho menos ser el centro de atención en una fiesta.

- Si hay algo con lo que no te sientas cómoda – dijo con un tono severo en la voz -, házmelo saber de inmediato y hablaré con ellos, ¿ne? Prométeme que lo harás, Sahara.

- Lo prometo – juró la aludida, y esbozó una sonrisa -. Entonces, ¿estás de acuerdo?

Lo dudó unos segundos y, sin querer arruinar su felicidad, respondió a su sonrisa.

- Ne.

Ambas regresaron a sus asientos después de preparar un desayuno improvisado con café, galletas dulces y waffles recalentados en el microondas, acompañados de jarabe. Debido a que aún estaban en vacaciones, ninguna de las dos tenía planes, así que decidieron pasar ese día trabajando en su confianza con Chuck, quien seguía durmiendo en la cama de Paris.

The one that got away [Yoon Gi - BTS]Where stories live. Discover now