c u a t r o

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Paris despertó la mañana siguiente por culpa de los rayos de sol que entraron por la ventana de su habitación, la cual compartía con Tae Hyung y Jung Kook, quienes finalmente habían decidido que se turnarían en dormir en la cama de arriba de la litera mientras que ella usaba la cama individual. Se quejó por lo bajo al sentir el calor matutino golpeando su rostro y giró sobre el colchón para quedar boca abajo, tanteando con la mano la mesa a su lado en busca del teléfono. Dio un vistazo a la hora con un ojo abierto y, al leerla, se incorporó tan rápido sobre sus codos que su cabeza le dio vueltas. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se levantó más tarde de las ocho? Si no era por la escuela o para ayudar a su padre en el hospital, generalmente su madre actuaba como su despertador para obligarla a ayudar con tareas de la casa, o practicar sus modales para la próxima fiesta, o dirigir alguna dictadura. Cualquier opción era preferible a dejarla tener demasiadas horas de sueño. ¿Qué diría si la llamaba para decirle que su hija siguió durmiendo hasta las diez? Sería tan divertido, sopesó en su mente, dudando sobre si debía hacerlo o no. Tal vez incluso podría esperar hasta el almuerzo y mandarle una fotografía de su desayuno. ¿Sufriría un ataque al corazón?

Descartó la idea minutos después al recordar que seguía bajo la vigilancia de sus padres durante esas vacaciones y que todavía debía soportar varios años antes de poder abandonar la casa, por lo que hizo a un lado el edredón, se dio una ducha, se cambió su ropa de dormir a unos pantalones sueltos blancos que se ajustaban a sus tobillos, una blusa celeste de tirantes y sus zapatillas de arcoíris, acomodó su cabello en una trenza a un costado atado con una coleta amarilla y se dirigió a la cocina para encontrarse con sus tres amigos sentados en la mesa. En cuanto tuvo en sus manos su taza de café caliente, los saludó con una sonrisa y tomó lugar junto a Tae Hyung para comentar:

- No me despertaron.

Ellos compartieron una mirada rápida confusos.

- Puse el despertador - admitió Ji Min como si fuese evidente.

- Ah, pero allí está el problema - comenzó la muchacha levantando un dedo en alto para tener su atención -. El despertador se detuvo en el momento en que lo arrojé contra la pared a las siete. Ustedes, en cambio, no dejan de parlotear no importa cuántas veces los golpee.

- Mian, lo tendremos en cuenta la próxima vez - se disculpó Jung Kook entre risas.

Paris le dio un sorbo al café y pudo sentir cómo su organismo completo volvía a funcionar como era debido, al igual que cada vez que tenía su primer café de la mañana.

- El café hace que todo se vea hermoso, ¿no creen? - preguntó a sus amigos, posando sus ojos en algún punto de la cocina sin en realidad prestar atención. Ellos estaban acostumbrados a sus ataques de exageración de la realidad. - Los pájaros cantan, los niños corren. - Pudo escuchar su teléfono sonar pero no le prestó atención y dejó que Ji Min fuese a buscarlo por ella a la habitación. - El sol está brillando y el día es perfecto para salir.

- Es tu madre - anunció Ji Min al regresar, extendiéndole el móvil.

- Y luego llega la tormenta.

Abrazada a su café como si se tratase de lo único que la ayudaba a permanecer estable - y en parte lo era -, la joven tomó el aparato para salir al jardín trasero a disfrutar de la mañana soleada, inhaló una larga bocanada de aire y atendió la llamada, llevándose el teléfono al oído.

- ¿Annyeong?

- Boston, Massachusetts - soltó de repente la voz de su madre del otro lado.

- Jacksonville, Florida - dijo en respuesta.

- ¿Mwo?

- No lo sé, ¿de qué estás hablando?

The one that got away [Yoon Gi - BTS]Where stories live. Discover now