n u e v e

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En cuanto estuvieron de regreso del tour en bicicletas, Paris tuvo que suplicar por algunos minutos a sus amigos para que pudieran enseñarle algunos pasos de baile antes de que tuviesen que comenzar a arreglarse para esa noche. Desde que tenía memoria, el baile nunca se le había sido fácil a diferencia de personas como Ji Min y Jung Kook, y, por lo que pudo ver ese verano, también Ho Seok. Por ello, requería de la ayuda de sus amigos para que no luciera como una completa desadaptada social cuando estuviesen adentro. Si tenía suerte, aprendería lo suficiente para pasar desapercibida de los demás. Y Yoon Gi jamás lo notaría, trató de convencerse. Aunque, si él resultaba siendo un gran bailarín, sus planes probablemente terminaría en la basura y debería cambiar su nombre, su cabello y mudarse a algún lugar lejos del país donde nadie pudiese a encontrarla. Podría soportar muchas vergüenzas en su vida, pero permitir que la viesen hacer el ridículo por no saber bailar no contaba como uno de ellos.

Una vez que sus amigos aceptaron en enseñarle, y después de que Seok Jin se le uniera en su lección también en busca de ayuda, hicieron a un lado todos los muebles de la sala y usaron un teléfono que conectaron a un parlante de música. La muchacha frunció el ceño al escuchar que lo primero que reproducían era salsa. ¿Acaso intentaban matarla? ¿Querían verla hacer el ridículo? ¿Quién en su sano juicio bailaría algo como eso en un club de Corea del Sur?

- Tienes que aprender a moverte con el ritmo – habló Ji Min mientras daba pasos hacia adelante y hacia atrás, usando sus brazos y su cadera para acompañarlos -. Anda, inténtalo, noona.

- Renuncio – declaró sin más, negando con la cabeza -. Es muy difícil. Me largo.

Jung Kook se apresuró en detenerla cuando quiso escapar y la tomó de la mano.

- Sólo tienes que seguirnos a nosotros, ¿al ass eo? – le dijo el menor para, luego, comenzar a moverse igual que Ji Min. Ho Seok hizo lo mismo junto a Seok Jin. – Copia lo que hago.

No muy convencida, intentó seguir los pasos que él daba y, a pesar de que logró alcanzar su misma velocidad, le era imposible moverse con la misma gracia que ellos tenían. No podía balancear su peso de manera que el movimiento se viese más natural.

- Tranquila, no será difícil – trató de alentarla Jung Kook, manteniendo sus manos juntas -. Mira lo que hago con la cadera.

- Debes ser más delicada – agregó también Ji Min, quien se le puso en frente a modo de espejo -. No es necesario que pises tan fuerte.

- ¡Estás bailando, no invadiendo Polonia!

El grito de Tae Hyung la hizo enfadar y no dudó en amenazar con salir corriendo en su dirección.

- Ani, ani – la detuvo el menor, reteniéndola del antebrazo -. No le prestes atención.

- No hay caso, nunca podré aprenderlo en un día. – Paris se cruzó de brazos y se dejó caer sentada estilo indio en el suelo. – Seré el tipo de adolescente que no sabe bailar y viviré en un mundo oscuro y triste.

Le dieron otra oportunidad por los siguientes veinte minutos hasta que, al terminar, todos levantaron sus manos diciendo que ellos se ducharían primero hasta que Paris se colocó en frente de la puerta del cuarto de baño y gritó "¡Kai, bai, bo!" y decidieron, por un parejo juego de piedra, papel, tijera que el orden sería: Tae Hyung, Ho Seok, Ji Min, Jung Kook, Seok Jin y Paris. Debo dejar de proponer este juego si apesto en ello, se reprochó para sus adentros. Sin embargo, eso también le dio el tiempo para decidirse en lo que usaría con la ayuda de sus amigos, quienes la obligaron a dejar a un lado sus prendes coloridas para terminar por armar un conjunto que la convenció lo suficiente. Por lo que, en cuanto fue su turno en la ducha, se tomó los minutos necesarios para lavar su cabello, secarlo y alisarlo, maquillarse con colores discretos y claros y colocarse una blusa blanca de hombros descubiertos suelta, unos pantalones cortos de mezclilla rasgados, unas zapatillas blancas y, para darle vida, un pañuelo rojo atado en su cabeza. Les agradeció mentalmente a los muchachos el que la hubieran obligado a colocarse al sol esos días. El bronceado de su piel mejoraba su figura. Agregó una chaqueta de mezclilla que tenía varios parches de comida y bandas, y se encaminó a la sala para ganarse las miradas de cinco pares de ojos, dejando la habitación en un mutismo incómodo.

The one that got away [Yoon Gi - BTS]Where stories live. Discover now