v e i n t i t r é s

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Paris acababa de salir de la oficina del médico que llevaba atendiendo a Sahara desde bebé con una sensación pesada en el pecho, como si alguien estuviese parándose encima de ella, al mismo tiempo que intentaba recordar cómo, la noche anterior, su hija entró en su habitación todavía vistiendo con el vestido de la graduación y los zapatos en la mano. Había evitado exitosamente a sus tíos, quienes dormían en la sala, y consiguió subir sin ser descubierta para despertarla sacudiendo su hombro con cuidado. A pesar de estar dormida, le fue sencillo despertar por completo porque no estaba acostumbrada a que Sahara no estuviese en la casa durante las noches y se sentía demasiado ansiosa. La niña esbozó una enorme sonrisa al ver que se sentaba en la cama, rió por lo bajo con una expresión de felicidad y susurró:

- Sé que es tarde pero...

Paris no la dejó terminar porque inmediatamente hizo a un lado el cobertor para darle lugar.

- Cuéntamelo todo.

Entusiasmada por la rosa que Ki Hyun le había obsequiado, por la amabilidad de sus padres, por el simple hecho de que él hubiese abierto la puerta por ella y le hubiese prestado su chaqueta para cubrir sus piernas al sentarse, por los cumplidos que recibió de parte de los demás estudiantes y profesores, por la buena música que pasaron toda la noche, por la comida e incluso por el simple hecho de que Ki Hyun sostuviera su mano al alcanzarla a la puerta. Todavía podía recordar cómo su rostro se enrojeció al preguntarle si había llegado a primera base. ¿Cómo es que era posible que el doctor le hubiese dicho esas palabras, entonces? Que la condición del corazón de Sahara había empeorado, que el músculo cardíaco se volvía débil a una velocidad impresionante, que debía ser transferida a un departamento de cardiología en Daegu con un médico más especializado. ¿De dónde se supondría que conseguiría el dinero para pagar por algo así? Sin poder evitarlo, arrugó entre sus dedos el trozo de papel con el nombre de ese nuevo hospital recomendado.

- Nuevo doctor pero mismo resultado, ¿no es cierto? – se susurró a sí misma a mitad del pasillo, y se abrazó el estómago, acuclillándose en el suelo - ¿Qué sentido tiene todo esto?

Y, de repente, el recuerdo de su niña llegó a su mente como una avalancha.

- ¡Eomma! ¡Eomma!

Inhaló una profunda bocanada de aire para asegurarse que las lágrimas no se atreviesen a salir de sus ojos y usó las hermosas memorias que tenía de su hija para darse la fuerza suficiente de manera que sus piernas no le fallasen al volver a levantarse. Respondió con una sonrisa a la preocupación de las enfermeras y recepcionistas que pasaron en ese momento, irguió su postura con la cabeza en alto y finalmente desfiló en dirección a la salida. Se tomó unos minutos en el estacionamiento después de sentarse en su coche, se quedó observando a la nada, repasando todas las equivocaciones que había cometido en su vida que la llevaron a que su hija tuviese que sufrir de esa manera, y, con una mano temblorosa, sacó su móvil de su bolsillo. ¿Pondré mis esperanzas de nuevo en otra persona que podría decepcionarme a mí y mi hija?

- Todavía puede ser diferente – trató de convencerse.

Poco antes del comienzo del verano, en la última semana de finales de Sahara, Paris estaba conduciendo su coche por la autopista en dirección a Daegu con la niña sentada en el asiento de copiloto, a media hora de la ciudad para llegar a la primera cita con el nuevo médico cardiólogo que se encargaría de la enfermedad de su hija. Ni siquiera estaba preocupada de lo mucho que le constaría esos minutos de charla, sólo quería conocer una segunda opinión. Desde que supo que la situación de Sahara, había confiado en el hospital en el que trabajaba porque era el único por el que podía pagar en ese momento; sin embargo, ya tenía su título como médica profesional. Podría conseguir un mejor empleo con una mejor paga. Por fin sería capaz de conseguir lo mejor para su hija. Y, si ese hospital no lo era, entonces buscaría otro, y luego otro, y otro, hasta que conociera a la persona que le diría las palabras que quería escuchar.

The one that got away [Yoon Gi - BTS]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt