Capítulo especial 2: Una noche única

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Creo que soy lo más feliz que podría ser desde que la conocí. Estamos unidos, llevo el anillo del núcleo en la mano y ella también. Tenemos una habitación temporal en el hospital, pero en cuanto acabe todo el asunto la llevaré conmigo a donde ella quiera, en donde podrá vivir más feliz y sin preocupaciones.


Hacía tiempo que quería una "cita" con ella, como he visto que hacen los humanos, pero no hubo oportunidad. Ahora me pidió que saliera temprano porque quería nuestra cita y hacer algo especial esta noche. ¿Me pregunto qué será?

También quisiera saber si podré preguntarle algo que me tiene curioso desde hace mucho. Y es que ella me ha besado el pecho, yo también quisiera besar el suyo. Me muero por poder hacerlo, a veces me sorprendo a mí mismo fantaseando con cómo sería. Al mismo tiempo no me he atrevido a preguntarle pues temo que piense que soy un inmoral, lleno de malicia. Yo no debería tener pensamientos tan extraños y sin motivo u objetivo lógico.

Tal vez sí hay algo mal conmigo... y eso me preocupa más. No quiero decepcionarla ni ofenderla, mucho menos lastimarla y dar una mala imagen de mí. Todo por no ser capaz de controlar este fuerte deseo.

Voy a la cafetería y me siento a pensar, Max y Tania se acercan.

—¿Pasa algo? —pregunta ella.

—No.

—Oye, ¿qué cosas le gustan a Marien? —pregunta Max—. Digo, solo por si alguien deseara invitarla a salir o algo así.

Frunzo el ceño. ¿Salir?

—Esas cosas no tienen por qué importarle a alguien más que no sea yo —respondo—. ¿Y a qué te refieres con salir?

—Vamos, no te hagas. Que ustedes pueden salir con otras personas, de hecho tú deberías buscarte alguna H.E, ya que la unión que dices tener con Marien no es posible.

—Sí —agrega Tania y se sienta a mi lado—. Incluso ni siquiera tienen algún documento oficial que lo certifique —se acerca más—. Así que si te atrae alguna chica, así no sea H.E, eres libre de salir con ella.

—Aléjate —le digo con seriedad haciéndola sorprender.

Desde que apareció le gusta acercarse a mí y eso no me agrada, lo aguanto porque lo hace para darme algunas indicaciones pero siempre me enseñaron que hay un límite. Y más desde que tuve esa muy corta conversación con mi dulce Marien en la que estuve muy preocupado de que se sintiera mal por culpa de la insistencia de Tania en pelear conmigo.

—Ella tiene razón —se burla Max—. Ustedes ni siquiera llevan una vida de pareja, solo duermen juntos, eso no es. Hay muchas cosas que no entiendes sobre las parejas humanas...

Siento el roce del dorso de la mano de Tania sobre mi brazo y me pongo de pie, soltando sin querer un bajo gruñido. Ambos quedan estáticos.

—No me interesa ni causa curiosidad salir con alguna otra mujer, así sea H.E. Solo Marien tiene permitido acercarse y tocarme —miro a Tania—, ¿escuchaste?

—Exageras —ríe Max.

Volteo a verlo.

—Y si alguien se atreviera a querer salir con mi esposa, le rompería todos los huesos —agrego.

Se queda helado y salgo de ahí. Mientras junto mis cosas escucho que Ácrux les explica el significado de mi anillo.

—Es eternidad. Ese anillo de núcleo es uno de los símbolos que más respetamos, puede decirse que es sagrado, nadie tiene porqué ponerlo bajo duda —les dice.

Salgo de la edificación y voy hacia el hospital. Ya quiero estar con ella, quiero estar con mi preciosa dama y hacerla sonreír. Ella es mi mundo, ¿por qué se empeñan en molestar? No saben cómo somos cuando estamos juntos.

Ojos de gato Tentador [La versión de ella]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora