Capítulo 12: Debo ser fuerte

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Los evolucionados aún nos observaban.

—Lo sentimos... —murmuró uno.

Les dediqué una fugaz mirada de odio a los tres y volví a mirar a Antonio. No había sido su culpa, pero no podía evitarlo. Los pobladores del lugar se acercaron. 

—¡Llevémoslo al hospital! —exclamó uno.

Le tomé el pulso y estaba débil. Me puse de pie, uno de los evolucionados que no estaba tan herido como los otros lo levantó y lo llevó, siendo guiado por los pobladores. Tragué saliva con dificultad y los seguí. No quería perder de vista a Antonio, no quería que se lo llevaran sin que yo me diera cuenta. Temí por otro segundo que fuera otra trampa.

El hospital era pequeño pero parecía tener lo necesario. Al llegar irrumpí en la habitación.

—Soy médico —dije mostrando mi identificación.

Antonio estaba en una camilla, con el torso desnudo, un médico anciano a su lado y dos jóvenes. Le habían conectado una vía.

—¿Cómo está? —pregunté tratando de quitar el tono de angustia de mi voz.

—Estable. Estos seres son fuertes, ha perdido sangre, sí. Le estamos por poner una unidad de sangre tipo O, es la única que nos sirve para ellos. No hay tiempo de examinar qué tipo de sangre es, así que recurrimos a esta. De todos modos no tenemos mucha.

—La mía es tipo O, tómela por favor —pedí sin dudar ni un segundo.

—Descuide, por ahora creo que está bien en cuanto a eso. Presenta mordeduras en la parte superior del cuerpo, sobre el eje sagital, zona dorsal... Le han arrancado algunas partes de músculos...

No prestaba mucha atención a lo que decía, solo lo suficiente. No podía quitarle la mirada de encima a Antonio. Me acerqué y acaricié su cabello, me puse guantes y empecé a desinfectar y cubrir sus heridas.

—Se regeneran rápido, mañana mismo estará en pie —agregó el doctor.

—Sí... lo sé, gracias...

—Lo lamento, esto sucede por aquí, aunque solo los duermen y se los llevan... Debo admitir que yo tampoco había visto a uno tan joven en mi vida. Usualmente pasan de los treinta años.

—Bueno, la verdad, yo también solo estudié cadáveres de evolucionados adultos —admití con tristeza.

Todo era porque había sido desterrado por haberle fallado a su sociedad. Los mandaban a morir, a su suerte, eran crueles también con los suyos.

—No podemos hacer nada, esos hombres del gobierno tienen evolucionados con ellos y ya sabe lo peligrosos que pueden llegar a ser.

Suspiré. Así parecía ser. Las historias eran ciertas, y esto era muy malo.


***

Me quedé con él toda la noche. Estaba sentada en una silla a su lado, con los brazos y mi cabeza sobre el colchón, mirando su rostro que estaba ladeado hacia mí, muy cerca. Acariciaba su cabello de vez en cuando, luego cerraba mis ojos y me dormía sin querer por unos minutos y otras veces por un par de horas. Me habían traído mi mochila.

Ya no quería verlo pelear más, era horrible.


Ya eran cerca de las cinco de la madrugada cuando abrí los ojos y me encontré con su fija mirada, dio un lento parpadeo y sus labios se curvaron en una leve sonrisa. Apreté los labios para evitar que mis ojos me traicionasen, pero igual lo hicieron, un par de lágrimas brotaron y rodaron por mis mejillas.

Ojos de gato Tentador [La versión de ella]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora