Ser una vampira milenaria hija de un Original te abre muchas puertas y ventanas.Siempre he sentido debilidad por los chicos guapos y poderosos, en especial hombres de éxito y dinero. El poder es mi droga y el amor mi veneno; jamás te enamores de mí...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MATT
Tras el descanso en el open space con Lisa, decidí ir a llevarle un café con un bollo de esos tan divinos que hacía mi abuela que a Ryan le gustaban tanto.
Mientras iba por el pasillo, iba canturreando lleno de buen humor y eso junto con mi trasero respingón moviéndose al ritmo de la música que silbaba, hacía que las secretarias de la zona se girasen a verme. Pero como yo decía: "Mucha niña bonita pero poca mujer"
Hasta ahora mi búsqueda de la mujer indicada para mí no estaba dando sus frutos. Esto unido al problema de la desaparición de mi hermano Daryl, me estaba haciendo la cabeza un auténtico lío. Mi abuela Martina ya era muy mayor para tomar ese tipo de disgustos, y aunque tenía la cabeza en su sitio y una salud de hierro, desde luego los sobresaltos no la ayudaban mucho.
Mi hermano seguía metido hasta el cuello en las mafias y en el tema de los locales referentes a la prostitución. Además, el negocio de los vehículos robados le iba realmente bien, razón por la que estaba podrido de dinero.
Pero por culpa de esa vida, él se había granjeado muchos enemigos, lo que provocaba que se tuviera que ir escondiendo cada equis tiempo para escapar de enemigos que querían partirle las piernas.
Intenté desde siempre que saliera de ese mundo tan asqueroso, pero estaba claro que él no quería redimirse de su pasado. Desde que nuestra madre murió tras abandonar a nuestro padre e irse con otro, él cambió mucho y se encerró en ese mundo de forma permanente.
Y por mucho que lo llamase por teléfono, no me lo cogía.
Al ir por el pasillo, escuché la voz de Selina hablando por teléfono. Parecía realmente incómoda y la curiosidad me hizo pegar la oreja en la puerta.
Admitía que el aura de esa mujer me ponía nervioso y no entendía mis razones, pero como mi abuela siempre me decía: "Los Ortega somos medio brujos y nos dejamos guiar por las sensaciones que nos provocan los demás y nunca nos equivocamos"
Si eso era cierto, Selina no era trigo limpio.
Y cuando escuché lo que ella estaba hablando con el interlocutor, se confirmaron mis sospechas.
Ella necesitaba sangre para alimentarse, lo que la respuesta estaba bien clara en mi cabeza: era una especie de vampira o simplemente estaba medio loca.
Aquella idea era realmente descabellada, pero estaba claro que, si quería averiguar un poco más acerca de aquel asunto, debía de ir al lugar donde ambos quedarían en verse.
Escuché el nombre de la cafetería, la hora y el día y me lo apunté en la agenda. Iba a averiguar por el bien de mi gran amigo Ryan si aquella mujer con la que andaba era el peligro que yo sentía o simplemente era un malentendido.
Miré el calendario y me di cuenta que habían quedado hoy dentro de dos horas para la hora de la comida. Me di prisa y abandoné el lugar a toda prisa para tomar la moto y llegar antes de que Selina y aquel hombre llegasen.
Las carreteras estaban hasta arriba de tráfico, lo que era normal a las 11 de la mañana. Los nervios, afilados como cuchillos, despuntaban lentamente y progresivamente dentro de mí.
La cafetería donde iban a verse era bastante conocida para mí y no era precisamente para gente de pocos recursos. Era el lugar típico de gente de buena posición, empresarios y médicos que trabajaban cerca del hospital de la zona.
Tras más de media hora en unas colas infernales que parecían no tener fin y un sinfín de pitidos que tenía aún instalados en la cabeza, pude aparcar y llegar a la cafetería.
Al ser la hora del almuerzo, la cafetería estaba llena hasta casi su totalidad, encontrando un hueco en la barra donde me instalé. Desde ahí podía ver a la gente que entraba y que salía del lugar; era el lugar perfecto para poder ver cuando llegaría Selina.
Mientras me tomaba una cerveza, el teléfono sonó, recibiendo un mensaje de Lisa:
- "¡Ey! ¿Dónde narices te metiste?,¿No te apetece tomarte un café conmigo?"
Lisa
- "Otra vez será preciosa, salí a por algo más consistente para comer, ha sido unas semanas duras en el gimnasio y ando con un hambre voraz"
Matt
- "¡Cuidado con eso que el verano está cerca! ¿No querrás tener un flotador por estómago?"
Lisa
- "No te preocupes hermosa, tu papi Matt estará bien rico como siempre para que puedas fardar"
Matt
- "Te las das de irresistible, pero en mí no funciona, morenazo ;)"
Lisa
- "¡Oh cierto, que ya tienes a otro hombre en la cabeza!, qué pronto me cambias por otro ;( "
Matt
- "Sabes bien que siempre ocuparás un lugar importante en mi corazón, pero hay ciertas cosas que no puedo hacer contigo, pero con otro sí..."
Lisa
- "¡Ya salió la Lisa pervertida!"
Matt
- "No te digo que no...pero estés donde estés quiero que cuando acabes vengas aquí; y no es una sugerencia"
Lisa
- "Está bien, no tardaré demasiado"
Matt
Justo cuando guardé el móvil en el bolsillo, la campana de la cafetería sonó y pude ver como Selina entraba por la entrada. Tras quitarse sus gafas de sol, miró por cada mesa del lugar en busca de la persona con la que había quedado, pero parecía no haber llegado.
Se sentó en una mesa pegada a la ventana que daba a la calle, poniendo sus ojos llenos de tristeza mirando a la gente que caminaba por allí. Viendo su rostro de la forma que lo veía en aquel preciso momento, no daba el aspecto tan tétrico y lleno de altiveza que demostraba ante los demás. Aquello me daba pistas que me decían que todo lo que ella mostraba quizás era una fachada, pero la conversación que tuvo hace unas horas aún resonaba en mi cabeza y chirriaba de más.
Tras otros veinte minutos, un hombre vestido con una larga gabardina de color grisáceo y el cabello largo, entró al local y Selina levantó la vista al sentir su presencia.
Pero yo no pude evitar sujetar mi pecho al verle la cara a aquel tipo.
Aquel hombre fue el hombre por el que mi madre abandonó a mi padre y a nosotros. Y aquel hombre fue el que acabó con ella y con la vida que mi hermano y yo conocíamos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
