1.Mi adorado Sebastián

559 51 34
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me encontraba leyendo un libro apaciblemente tumbada en mi kilométrica cama después de haber disfrutado de unas gratas compañías. Los hombres eran tan previsibles y sencillos como el mecanismo de un chupete; con un buen escote y una sonrisa los tienes bajo tus pies y entre tus piernas. Aun tenía el ardor en mi bajo vientre y los labios hinchados por la acción que me hicieron pasar esos dos hombres tan increíbles como apasionados. El beso del vampiro siempre es placentero e igualmente adictivo para los humanos que para los vampiros beber sangre. Muchos humanos buscaban ser mordidos para sentir dicho éxtasis amplificarse por todo su cuerpo; y yo estaba encantada de proporcionarlo.

La imagen de ese tal Ryan rondaba por mi cabeza y por mi cuerpo incandescente. Estaba deseos de tenerlo bajo mi mano y domarlo como si fuera un gatito. Quizás él se convirtiera en mi favorito de todos los que habían pasado por mis manos; realmente era magnético, su rostro era diabólicamente perfecto y sensual.

Decidí llamar a mi mayordomo y sirviente Sebastián. Era algo más que un simple mayordomo; era una especie de aliado, lo más semejante a un amigo que podía tener. Él no podía evitar caer en mis garras una y otra vez; se sentía tan atraído por mí que sus pupilas se dilataban cuando él estaba en la misma habitación que yo. A pesar de ser un hombre lobo y que, técnicamente estaba prohibido relacionarme con ellos, al ser hija de un Original no me lo cuestionaban. Era tan cómodo tenerlo por casa; siempre podíamos divertirnos cada vez que queríamos.

Cuando él entró a mi cuarto yo estaba en piezas de lencería con una bata de seda negra con trasparencias. Su vista se volvió profunda como el mar y podía sentir como su instinto depredador iba aumentando por momentos. Le hice una señal para que se sentase a mi lado caminando elegantemente sin despegar su vista sobre mí. La tensión sexual podía sentirse en el ambiente; la electricidad levantaba el bello de mi nuca, era tan excitante retozar con un lobo así de apuesto.

-¿Qué necesita, mi señora?-Dijo con voz ronca.

Comencé a acercarme a él con insolencia mientras miraba sus labios entreabiertos jadeando como si le faltara el aire. Yo sonreí con picardía al ver su estado sobreexcitado.

-Mi adorado Sebastián, necesito saber más sobre un hombre que me interesa. Se llama Ryan Carter de Carter Corporation, necesito saber todo de él lo más pronto posible.

La mirada ardiente de Sebastián se enfrió varios grados, notando como poco a poco se iba amplificando la ira y los celos.

-¿Por qué desea saber más sobre ese creído?

-Sebastián, tú ya sabes mis gustos; necesito sentir el poder en todos los aspectos. Sentir la sensualidad en el más alto grado alcanzable, un cuerpo poderoso y duro como una piedra.

-¿Yo no soy suficiente?-Dijo con un tono irritado y celoso.

Lo miré con una mueca un tanto triste pero irritada. Le dije una y mil veces a Sebastián que lo nuestro era una alianza amistosa con ciertas dosis de diversión pero que no implicaba enamorarse. El amor no estaba hecho para mí; siempre me ha gustado ser libre sin ataduras de nadie.

-Sebastián te dije que no te enamoraras, te avisé que no podía corresponderte-Le dije mirándolo con dureza y con los brazos cruzados.

-Eso no se decide mi señora, eso viene tan fuerte como un huracán sin que puedas hacer nada. No puedo evitar sentir celos o rabia cuando un hombre nuevo sale de tu cuarto; deseo siempre ser el mismo hombre que entra y sale de ese mismo cuarto y que se queda a dormir contigo.

Me levanté de la cama visiblemente molesta; odiaba las muestras de cariño ¡No las soportaba!

-Creo que fui lo suficientemente clara contigo; no hay amor que ofrecer a nadie viniendo de mí. Tengo tanto aprecio por ti pero no puedo ofrecerte más que placer Sebastián, espero que lo entiendas y no vuelvas con este tipo de cosas-Le dije con un tono realmente molesto sintiendo como mis ojos iban tiñéndose de rojo.

Mi voz era dura y destrozaba el corazón de Sebastián pero no q quería que sintiese ese tipo de cariño por mí; no era justo.

Él se levantó cabizbajo y me miró con tristeza asintiendo débilmente con la cabeza.

-No se preocupe mi señora, buscaré toda la información que pueda acerca de Carter.

-Sé que lo harás, siempre he confiado en ti.

Entonces sin mirarme el se fue de mi cuarto.

Resoplé con fuerza después de aquel percance. Sebastián era cada vez más incontrolable con el tema de los hombres y veía que si la cosa se ponía peor no podría seguir trabajando para mí. Era una auténtica pena ya que le tenía una enorme confianza; habían sido muchos años.

Abrí las ventanas de mi dormitorio para que el aire fresco de la noche acariciara mi dolida cabeza. Este tipo de enfrentamientos siempre me ponía enferma y realmente nerviosa. No era de ser una persona nerviosa pero sí muy temperamental si alguien me contradecía o tomaba algo que me pertenecía. Respiré hondo llenando mis pulmones del fresco aire nocturno Berlinense mientras que las lechuzas ululaban en aquella noche tranquila. Pensaba en esa mirada metálica sin evitar mojar mis labios secos y sedientos de una nueva pasión. Con el ánimo más templado y las energías renovadas decidí ir a descansar con la sensación de que pronto tendría al gran Ryan carter delante de mí.

 Con el ánimo más templado y las energías renovadas decidí ir a descansar con la sensación de que pronto tendría al gran Ryan carter delante de mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Primadonna (Is It Love?Ryan?)#awardseditorialwattpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora