Ser una vampira milenaria hija de un Original te abre muchas puertas y ventanas.Siempre he sentido debilidad por los chicos guapos y poderosos, en especial hombres de éxito y dinero. El poder es mi droga y el amor mi veneno; jamás te enamores de mí...
Después de venir cargadito como un burro lleno de cosas ricas que no podía comer porque el señor "Carter intenso" lo había pedido para la reunión, me dirigí hasta la sala de reuniones ante la atenta mirada de Lisa que me hizo frenar en seco.
- ¿Eso es sushi?, oh Matt, ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
-No puedo darte Lisa y si, cada vez que quieres un favor me dices que me quieres pérfida muñequita rubia.
Ambos comenzamos a reírnos, pero pensaba como Lisa, jolines las ganas que tenía de hincarle el diente a esas bandejitas.
-Bueno Lisa, me voy a la sala de reuniones que conociendo a Cárter tiene que estar cantando bulerías gritando mi nombre.
-Está bien morenazo, que te sea leve- me dijo guiñándome el ojo marchándose con una gran pila de papeles en los brazos.
Con el paso firme pero cuidadoso me metí al ascensor aún con la respiración entrecortada por la gran espera en cola que tuve que pasar para coger estos trocitos de pescado crudo. Y para colmo, el catering del champán decía venir a la oficina en unos 20 minutos ya que el cargamento de champán se había retrasado esta mañana.
"Carter me cuelga de las pelotas en cuanto me vea"
Pero entonces, cuando llegué a la sala de reuniones me la encontré vacía. Dejé las bandejas y fui a buscar a Carter a su despacho, ¿Qué vergas había pasado?
Entonces una suave risa femenina sonó dentro del despacho de Cárter, ¿En serio estaban fornicando en estos momentos mientras que la reunión estaba pendiente?
Toqué a la puerta realmente cabreado, ¿Qué le pasaba al gran Ryan Carter esta mañana, se había dejado las formas en las sábanas de alguna fulana?
-Entre.
Al entrar vi a una mujer, bueno vamos a ser claros, a una diosa de cabello negro y mirada penetrante. Aquella mujer tenía las piernas cruzadas cuyas medias negras ligeramente transparentes se apretaban indecentemente contra aquellas piernas torneadas. La cara de Ryan era un poema, pero un poema muy pornográfico y explícito.
Estaba por llamar a los bomberos o a la policía por escándalo público.
- ¿Qué deseas Matt?
-Señor Carter, el catering de sushi ya está en la sala de reuniones, el problema es que el champán tardará entre 15 y 20 minutos.
-No hay problema, diles a mis inversionistas que tienen 20 minutos libres.
Vale, Carter debía estar enfermo o bien su empalmamiento le impedía pensar. Aquella mujer parecía interesarle ya que no le quitaba la mirada de depredador de encima, dándome a entender que yo sobraba en aquella sala que más que sala parecía ser un hervidero de hormonas adolescente.
Me excusé con ellos y me fui cerrando la puerta tras de mí. Si yo le contaba eso a Lisa iba a alucinar, ¡Qué demonios!, tenía 20 minutos libre así que aprovecharía para cascar como cotorras.
Corrí en dirección a la recepción donde Lisa estaba firmando unos documentos como loca encafeinada mientras que con la otra mano libre hablaba en italiano con unos clientes.
Si esa mujer seguía ese ritmo no llegaba ni a vieja.
- ¡Hora del descanso Lisa!, tengo un cotilleo interesante sobre Carter así que creo que sería el momento perfecto para ir a Chez Felipe.
Ambos nos miramos serios, exclamando como dos idiotas:
- ¡Cotilleo exprés!
Entonces Lisa tomó su bolso y caminamos al exterior aún con la sensación de haber presenciado un fenómeno de la naturaleza poco habitual.
SELINA
Carter parecía ser un hombre bastante agradable con el que se podía mantener una conversación bastante interesante. No solo destilaba elegancia y sensualidad sino también inteligencia. Había demostrado ser un empresario comprometido con grandes dotes de liderazgo, pero sin ser un tirano con sus empleados. Él sabía dar una de cal y otra de arena, rodeándose de los mejores obteniendo así los mejores resultados posibles.
Tras un breve silencio, él comenzó a preguntarme:
-Señorita Waters, ¿Cuál es el papel en su empresa? ¿Qué estudió exactamente?
-Soy la representante de Miyamoto Cosmetics, es decir, soy la imagen de la empresa, aunque aún estamos grabando la campaña publicitaria y aún no ha salido a la luz. Además de ello, estudié economía y dirección de empresas además de varios idiomas; me encanta aprender cosas nuevas.
Carter parecía realmente interesado por lo que yo le contaba y yo estaba realmente interesada por lo que escondía bajo su ropa. Estaba deseando que la reunión acabase de una vez y así poder quedar a solas con él con la excusa de no conocer Nueva York; estaba segura que sería un guía magnífico.
Era mi turno de saber más sobre él:
- Y usted señor Carter, ¿qué me dice de usted?, es realmente hermético con su vida; como una especie de Caja de Pandora.
Aquella comparación le hizo reír observando como los músculos de los brazos se contraían. Sus dientes eran perfectos como el resto del cuerpo; era un crimen mirar a alguien así.
-No suelo hablar mucho de mi vida privada a la prensa, ellos son como buitres carroñeros que harían cualquier cosa para conseguir dinero a costa de los demás. Si deseas saber algo de mí, basta con preguntar.
Quería ser directa como una bala; sin tapujos:
- ¿Qué tal anda su vida sentimental? Tengo oídas que tiene usted pareja y que además es modelo.
Aquella pregunta le hizo arquear una ceja; estaba segura que no se lo esperaba, pero tenía que saber a lo que atenerme.
-Digamos que estoy soltero y sin compromiso. La mujer a la que todos se refieren es una de mis amantes, podríamos decir que solo compartimos cama, pero ella se empeña en que tengamos algo más.
- ¿Y usted está de acuerdo?
-Sería bueno para mí y para Carter Corp, peor no sé, creo que esa mujer no es para mí.
-Entonces podríamos decir que está libre como un pajarito-Le dije con una media sonrisa.
-Totalmente libre señorita Waters.
Cada vez más el día pintaba más interesante y lo mejor es que no tendría que bregar con novias celosas o posesivas.
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