Capítulo 41

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David se percató de como Darío se erguía. Ninguno de los dos había olvidado lo que había pasado aquella noche. Darío desvió la mirada cuando David posó sus ojos en él. Aún lo temía. Y una parte de David se compadeció de aquello. En su momento, había considerado a Darío un compañero con el que contar cuando necesitaba algo. Ahora, su trato se reducía a la información que el chico le pasaba asustado porque él le hiciese daño. David tragó saliva y asintió con la cabeza, sin mostrar ni el más mínimo resquicio de duda por quedarse a solas con ese joven. Había muy pocas personas capaz de intimidarlo. El chico intercambió una mirada con Cat cuando esta salió de la habitación. En su cara se reflejaba que no le gustaba dejarlo solo con Paulo. Las águilas no tardarían en preguntar y mucho menos en averiguar.

David escrutó a Paulo con la mirada cuando el chico se sentó en el colchón mugriento en el que el David había dormido aquella noche. El chico de fuego se mantuvo quieto, con los brazos cruzados sobre el abdomen.

-Possiamo parlare?

David no entendía por qué tanto misterio, pero conocía a Paulo lo suficiente como para saber que trataba de que esa conversación quedase entre ellos dos por todos los medios. En aquel lugar pocas personas hablaban su lengua materna.

-Che va male?-preguntó David, y toda la conversación que precedió a aquella pregunta sucedió en italiano.

David había sabido enseguida que el otro chico no quería hablarle de ningún cliente. Era otro el motivo por el que había ido a buscarlo.

Paulo le indicó que se sentase con él, y David dudó unos instantes antes de sentarse respetando una buena distancia entre ellos. En su mundo no era una buena idea que pillasen a dos hombres en la cama de ninguna manera. A pesar de que todo tipo de amor debería de ser válido.

-He oído rumores...-comenzó Paulo en su lengua materna.- Rumores acerca de Alex.

David supo a qué se refería. Él también había escuchado ese tipo de rumores.

-Sé de que se trata. Quieren ascenderlo al grupo de los mayores.-dijo David, con un italiano tan sensual que cualquier persona que lo escuchase podría quedarse anonadada escuchándolo aunque no entendiese nada de lo que decía.-

Paulo asintió con la cabeza, pero su semblante mostraba preocupación.

-Quieren que yo asuma su puesto.

David abrió los ojos sorprendido y alegre al mismo tiempo. Por fin una buena noticia, si es que aquello podía ser una buena noticia. Sopesó aquello durante unos instantes, pero sí, lo era, al menos debía de serlo para Paulo.

-Me alegro mucho por eso.-le respondió David, hablando en susurros de la misma forma en la que lo hacía el otro chico.

-Yo no.

Paulo negó con la cabeza y se quitó la cremallera de su cazadora de cuero. En aquel momento se sentía algo abrumado.

-¿Por qué no? Vas a empezar a ser de los que mandan. Eso es una buena señal.

Cuando Paulo le devolvió la mirada en su rostro había una clara muestra de indignación.

-Respeto a Alex.-dijo, y luego apretó los puños.- Cuando pensé que iban a cederme su puesto, asumí que a él también iban a ascenderlo.

El chico hizo énfasis en la última palabra, algo consternado. David no entendía la situación.

-¿Es que no es así? ¿No va a comenzar a formar parte del grupo de los mayores?

Paulo negó con la cabeza, y antes de que dijese ninguna palabra, David lo entendió.

-Quieren matarlo.

David se levantó del colchón haciéndolo crujir mientras lo hacía. ¿Qué demonios acababa de escuchar?

-¿Estás totalmente seguro de eso?

Paulo lo miró con seriedad. No había mentira en su rostro.

-He oído que es demasiado blando, y que en lugar de tratarnos como si fuese nuestro jefe, nos trata como si fuésemos sus amigos.

David se mordió la lengua. No esperaba en absoluto aquello, pero de pronto recordó algo. Él mismo sabía que iban a matar a uno de los cuatro líderes juveniles. Lo supo cuando Verónica le dijo que alguien había amenazado a su padre y ninguno de los cuatro líderes sabía nada. Una parte de él creía que Alex le había mentido, que le dijo que no sabía nada cuando en realidad sí que lo sabía, pero en ese momento se dio cuenta de que el joven le había dicho la verdad.

David se pasó una mano por el cabello, aún mojado. ¿Cómo demonios había podido olvidar algo así? Cuando no cuentan con un líder para un plan con sus hombres solo era señal de muerte. Y nadie había contado con Alex para mandar a Darío a por el padre de Verónica. Aunque David hubiese querido pensar que sí. Y Darío trabajaba para Alex, por lo cual, Maek y Baref lo habían ignorado. En aquel momento creyó plenamente en las palabras de Paulo. Iban a matar a Alex. Tal vez el viaje de Maek fuera de Neone fuese para recoger a otro chico y unirlo bajo el liderazgo de Paulo cuando asumiese el lugar de Alex.

-¿Por qué me cuentas eso?-le preguntó David a Paulo.

El chico de ojos oscuros le dirigió una mirada de plena confianza.

-Porque si alguien puede hacer algo para evitar su muerte, ese eres tú.

Traducciones

Possiamo parlare?¿ Podemos hablar?

Che va male? ¿Qué va mal?

Muchas gracias por leerme. Este capítulo tendrá mucho mas sentido a medida que avance la trama. Un abrazo enorme y espero que os gustase. Besos.

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CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora