Capítulo 12: ¿qué es lo que hay entre nosotros?

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Me acerqué un poco más a él quedando a unos pocos centímetros de distancia. Tomé sus manos y lo besé, él se tensó e intentó resistirse, pero luego cedió y lentamente me correspondió

Cuando el aire hizo falta nos separamos

- esta mañana iba a preguntártelo pero lo olvidé, ¿y tú ansiedad? –dijo tímidamente  y sonrojado-

- hace mucho que no me siento así contigo

- Kiot… hoy en el parque… iba a decirte lo mismo

- que cosa? Lo de la ansiedad? –todavía tenía sus manos sujetadas-

- no! … que me gustas…

Él hizo el amago para besarme pero lo detuve

- espera

Él me miró confundido pero lo ignoré. Me quité los borcegos y se los pasé

- póntelos

- qué? Por qué?

- solo hazlo, luego entenderás –reí-

Se puso mis borcegos con cuidado. Podía ver a distancia que no eran de su talle, se veía adorable

- no entiendo… -¿Por qué tenía que ser tan inocentemente  dulce!?-

- porque así, será más fácil besarte

Dicho eso lo besé nuevamente, pude sentir una sonrisa de su parte y luego me correspondió con dulzura

- eres un tonto

- mbah? Por qué lo dices? –me reí-

- no te burles de mi –dijo con un puchero-

- te ves jodidamente adorable

Lo acerqué a mi tomándolo por la cintura

- te quiero pelirrojo – dije juntando mi frente con la suya-

- por que suena tan bien cuando tú lo dices?

- decir qué?

- llamarme pelirrojo o enano… siempre me han molestado con eso, lo odié toda mi vida… y ahora solo quiero escucharte decirlo –dijo tímidamente mientras pasaba sus brazos por mi cuello-

- ser pelirrojo o bajito no son malas cualidades, te hace adorable a mis ojos, te llamo así porque son características que me encantan de ti, te llamo así por cariño

- gracias – dijo con una hermosa y brillante sonrisa- eres el primero que me trata tan bien

- te lo mereces enano – volví a besarlo- te quiero

- yo también

Íbamos a volver a besarnos cuando alguien golpeó la puerta de la habitación

- RUBBY! –era la estúpida de su amiga?- necesito tu ayuda! –Intentó abrir la puerta- abre

- ahí voy Hinata

Disolvimos ese abrazo y yo rápidamente me dirigí al baño, no sin antes susurrarle al oído;

- ten cuidado en que no te mire mucho los labios, están más rosados que de costumbre

Él se sonrojó y le abrió la puerta a Hinata

- qué haces aquí Hinata?

- necesito que me ayudes con la canción que me dejaron en el club de coro, no puedo entonar bien esto –dijo tan quisquillosa como siempre-

- Hinata…

Estaba sorprendido de que esa estúpida después de hacer lo que hizo en la escuela tuviese el valor de venir a su casa

Aléjate de mí, pero no me dejes solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora