9.- Avanzar

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—Entonces, básicamente quieres una lista de las personas cercanas a Kei Sakurai y que tienen acceso a información clasificada de la policía – la voz del otro lado de la línea resonaba por el altavoz del teléfono de Nanase.

—Sí. De ser posible, necesito saber si trabajaron en algún caso con él, o algo parecido. Si existió algún problema entre ellos, no sé... — se pasó la mano por el cabello,  cansado – Creo que si encuentro a alguien así, puedo saber quién se lo llevó, y comprobar si alguna de esas personas coincide con los demás desaparecidos –

Silencio.

Esa línea de razonamiento sonaba lógica. Empezando por Kei, el más reciente y el único que apareció muerto, podría encontrar al culpable. Haruka confiaba en sus instintos, especialmente porque ninguna otra cosa se le ocurría para los constantes ataques que Sousuke y él habían sufrido tan pronto como empezaron a investigar la desaparición del muchacho.

—De acuerdo, puedo hacerlo. Tendré la lista preparada para mañana –

Haru ya no se sorprendía por las respuestas así, especialmente porque nunca le había fallado. Si Rei Ryugazaki prometía una cosa para una hora, a esa hora la tenía lista.

—Gracias Rei. Te llamaré si necesito algo más — Haruka colgó el teléfono y un suspiro se escapó de sus labios.

Estaba molesto.

No con Rei, ni con la inesperada ayuda de Nagisa con la información que le llegaba. Tampoco estaba molesto con Rin por haber ideado esa "innovadora" forma de pedirle información al muchacho aquel: comprando un celular nuevo exclusivamente para ello. Es más, ni siquiera Sousuke y su hamburguesa fría del otro día eran la fuente de ése mal humor. No. Esa vez, estaba molesto con su propio cuerpo. ¿Por qué carajo la curación tenía que tardar tanto? Aunque bueno, no había pasado mucho tiempo desde que le hirieron. Ni siquiera tenía una semana en esas condiciones, pero definitivamente ya empezaba a fastidiarse.

Miraba con molestia el vendaje sobre su muslo descubierto, porque ahora también el tonto doctorcillo aquel le había obligado a usar un maldito short, aún cuando el clima no era el adecuado, con tal de que su herida no fuera presionada por la tela dura y tosca de un pantalón.

Tres días ahí durante los cuales, según Sousuke, no había problemas en la estación por su ausencia porque ahora le había dicho a Goro que sufría de una fea infección en el estómago y que... bueno, que no podía estar separado del baño. Asi que, no conforme con estar perdiendo días de trabajo y de preciosa paga, todo el mundo en la estación creía que estaba enfermo de diarrea. Volvió a chasquear sus dientes nada más de recordar cuando Yamazaki le llamó anoche para avisarle el nuevo "plan para que no descubran la herida".

Pensándolo bien, sí que estaba enojado con Sousuke por sus excusas estúpidas, y con Rin también, por apoyarlo. Endemoniados amigos que tenía...

Cerró la laptop y la dejó a un lado en el sofá. El reloj en la pared marcaba las once de la mañana. Ni Rin ni Sousuke se iban a pasar por su casa en un buen par de horas, y no tenía ganas de mirar la televisión, ni de jugar en la consola. La investigación no podía avanzar si no tenía los resultados del laboratorio sobre las balas, o sin la lista que recién había pedido.

Miró su pierna una vez más, y luego miró el reloj.

Si iba un rato a la estación... no pasaría nada, ¿cierto?






Sousuke entró a la estación más animado que de costumbre.

Como lo había prometido aquel tal Nao, los resultados correspondientes a la bala que extrajeron del cuerpo de Makoto, habían llegado al día siguiente del momento en que encontraron la escena del tiroteo. Sousuke le había pedido como favor extra que comparara ése proyectil con el que Haru fue herido, y comprobó lo que ya sabía: ambas balas fueron disparadas de la misma pistola, una Desert Eagle 50 AE.

Un Millón De RazonesDove le storie prendono vita. Scoprilo ora