03.- Obstáculos

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El color azul del cielo estaba opacado, oculto detrás de una densa nube de humo.

Los sonidos tranquilos -propios de una costa como la de Iwatobi- fueron silenciados por los que hacían las sirenas de las patrullas, las ambulancias y el camión de bomberos que llegaron al lugar de la explosión.

Haruka despertó con pesadez, en medio de compañeros del trabajo nerviosos, de civiles corriendo de aquí para allá, y se encontró a sí mismo siendo ayudado por un paramédico que le había subido a una camilla.

Estaba adolorido. Su espalda había impactado contra el suelo duro de concreto, su rostro tenía algunos cortes por los vidrios que salieron disparados en su dirección, y los ruidos más potentes le sonaban como si estuviera escuchándolos bajo el agua.

No hacía falta preguntar qué demonios había pasado.

El fuego que envolvía la patrulla donde habían estado apenas unos minutos atrás, empezaba a extinguirse gracias a los esfuerzos del cuerpo de bomberos.

El joven que lo revisaba fue detenido cuando Haru le tomó por la camisa.

Cuando habló, su voz salió apenas en un hilo.

— ¿Dónde está... Sousuke? — fue lo primero que preguntó. Le preocupaba. Si él estaba así, esperaba que su compañero estuviera mejor.

— Él está bien, primero dígame dónde le duele — el joven los conocía, pues el tal Sousuke ya había sido rescatado. Estaba esperando por el de ojos azules en la ambulancia, y así se lo hizo saber para que el terco policía pudiera acceder a decirle de su dolor en la espalda.

Mientras llevaban la camilla hacia una de las ambulancias, Haru observó alrededor.

Alcanzó a distinguir, al menos, seis cuerpos en el suelo y otros que estaban siendo colocados en bolsas negras por los forenses. Las únicas víctimas fueron civiles, de eso no había duda. Después de todo, Sousuke y él eran los únicos oficiales que estaban por el área.

La patrulla ahora se encontraba completamente consumida por el fuego y destruida por el poder de la explosión. No iba a ser fácil encontrar pistas sobre la bomba en el auto, aunque quedaban las cámaras.

Ya dentro de la ambulancia, pudo ver a Sousuke en prácticamente las mismas condiciones que él.

— Son afortunados de no haber estado tan cerca del vehículo — escuchó decir al joven que lo había atendido, aunque algo distorsionado — De no haber sido así... —

No hizo falta que terminara la oración. Haruka sabía perfectamente bien qué habría pasado.

Lo último que sus ojos captaron antes de quedarse dormido por el sedante, fue a Sousuke dirigirle una mirada de nerviosismo.






—Hey, despierta — la voz de Sousuke le sacó de la dulce inconsciencia a la que los medicamentos y el cansancio lo llevaban.

Haruka seguía cansado, algo adolorido, pero no era algo que no pudiese manejar y dejar a un lado en cuanto escuchaba a Sousuke llamarle.

— ¿Qué pasa? — preguntó el más bajo, tallándose los ojos pero sin afán de sentarse en la camilla, como su compañero ya estaba. Eso le aliviaba. Significaba que su cuerpo salió ileso, aunque le preocupaba un poco el vendaje que tenía en la cabeza.

— ¿Estás bien? — Sousuke, por su parte, aprovechó el momento en que Haru empezaba a espabilar para revisarlo lo mejor que podía a esa distancia que separaba ambas camillas. Se veía bien, tal como le habían dicho los médicos cuando preguntó, a excepción de ése dolor de espalda que aparentemente todavía le incomodaba.

Un Millón De RazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora