SOREN EST BRUM'A

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Soren admiraba solemnemente el paisaje desde una de las torres del fuerte Virianti. A veces subía allí a tranquilizarse y encontrar algo de paz frente a la vorágine de información, discusiones y conflictos que había normalmente en todos los rincones de aquél lugar. Pero ahí era diferente, el cielo azul, los pájaros, incluso el poco verde que se dejaba apreciar en aquella época del año le hacían sentirse a gusto. El aire fresco que corría le envolvía, a la par que contrastaba con la fuerza del sol de mediodía que comenzaba a quemarle la piel del rostro, en un hermoso juego que añoraba de sus paseos por el bosque de Ariantes, aquél que él reconocía como su hogar.

Gran parte del bullicio lo absorbían los gruesos muros de piedra, lo que le permitía quedarse allí escuchando un poco de la vida natural que había quedado luego de la devastación provocada por la guerra.

De todos modos, y aunque disfrutaba de lo anterior, para el no era posible desentenderse de su situación actual. Observaba con concentración, y gracias a su evolucionada visión de manera detallada, la construcción enemiga a solo unos pocos kilómetros de allí. Veía a orcos, Fe-Gun y una especie que no conocía más que por comentarios, moviéndose de aquí para allá, transportando materiales.

Según lo que había reportado los exploradores, las fuerzas de Ulog estaban realizando unas excavaciones en dos puntos del río, lo que posiblemente llevaría a querer modificar su cauce. De ser eso verdad, complicaría aún más las tácticas ofensivas que Rhondia venía pensando para recuperar el territorio.

Habían pasado ya unas horas cuando finalmente decidió descender de la torre para volver a la que ya fuera su rutina diaria: gritar y hacer de jefe en una situación de aparente normalidad. Los soldados le saludaban cuando pasaba por su lado, pero ya habían comprendido que no debían seguir con el protocolo militar, sino seguir con su trabajo, que era lo más importante. El fuerte debía estar reparado lo antes posible, sobre todo porque si los orcos terminaban el suyo, quedaría como última línea de defensa en un marco de clara desventaja, sin el Rhondo como barrera, era sólo un fuerte en el descampado.

La guerra no había sido demasiado larga, pero si muy intensa. Luego del asedio de Taria, las cosas se habían mantenido con relativa calma excepto algunos episodios de combates excepcionales. Soren sabía que eso no seguiría así, la guerra se reanudaría en todo su esplendor, y dentro de no mucho tiempo. Por eso había evitado que sus soldados se tomaran las cosas a la ligera, en especial los humanos, ya que los Ar-Gun estaban acostumbrados a un estado de paz armada constante.

Los ejercicios de entrenamiento y simulacros seguían siendo cosa de todos los días, al igual que el racionamiento de provisiones y la prohibición de fiestas; era como estar en campaña de manera constante. Si bien a los soldados eso los ponía de muy mal humor, ver que su general seguía el mismo estricto régimen que les imponía les alivianaba el malestar y generaba un vínculo que él consideraba imprescindible. Pero no era ingenuo, sabía que tarde o temprano algo sucedería si no lograba encontrar una victoria para su ejército.

Soren apostaba a la necesidad de los rhondos de luchar por su hogar, por su patria y su rey, algo que les daba un plus de coraje, moral y vigor a la hora de combatir. Eso les había ayudado a soportar los asedios y las luchas una vez que el factor sorpresa de la invasión había acabado.

Sus enemigos, por otro lado, una vez acabadas las victorias iniciales, habían perdido el ímpetu y el empuje, que concluyeron con una lucha interna tras la muerte del líder Fe-Gun. Aunque fue algo que no pudieron aprovechar en ese momento debido a los propios problemas sucesorios de Rhondia.

Por esa razón, Soren estaba buscando un nuevo conflicto, debía aprovechar los triunfos para poner en jaque a Ulog y su, por lo visto, tambaleante régimen. La construcción del fuerte al que llamaron Virianti Sur era una oportunidad para conseguir ese objetivo.

Ariantes: Un rey para dos reinosWhere stories live. Discover now