Por Idiota

Capítulo 19 Confianza

Habían pasado tres días desde que ya sabían la situación actual en casa (MoonSun). Byul había llamado a Hani para contarle y le propuso salir a festejar a lo que la pelisilver se negó diciendo que tenía planes.

Hani había estado buscando a la chica que se llevó a Byul al hotel, no podía permitir que su mejor amiga estuviera en alerta por una acosadora.

— ¡Claro! — exclamó Hani mientras revisaba un viejo anuario escolar— ¿Seulgi? — descubrió a la chica por los rasgos físicos que le habían dado cuando le dijeron que se llevaron a Byul, además de que la mencionada recordaba que el nombre comenzaba por Seul.

— Esa pervertida está de vuelta, no le bastó con acosar a Byul en la escuela ya es el colmo— dijo enojándose.

— Con que no le bastó con la advertencia que le di aquella vez.

Años atrás durante la preparatoria, Moon era una chica con muchos admiradores de ambos géneros, pero algunos alcanzaban el punto de acoso, Hani al ser su mejor amiga nunca se limitó en defenderla y dejarle las cosas claras a todas esas personas y Seulgi fue una de ellas.

— ¿Qué haces? suéltame por favor— se queja al ser arrastrada por Hani al baño de chicas.

— Hani me lastimas el brazo.

— Escúchame rarita, tu brazo no será lo único que dañe como sigas acosando a mi mejor amiga, ¿te queda claro? — advirtió con furia en sus ojos.

— Acosar, ¿de qué hablas? — se ve confundida.

— Sé que eres la que ha estado acosando a Byul, esas cartas que parecen más una amenaza que confesión— ante esto Seulgi abre sus ojos sorprendida.

— Te lo estoy advirtiendo, si vuelves a acércate a Byul tendré que intervenir de verdad— dijo tomando las puntas del cabello de la que en aquel tiempo usaba grandes gafas de leer.

— Ok, ok, me alejaré— dijo tratando de liberarse.

Hani parecía la villana en esta situación, pero no iba a permitir que su amiga volviera a pasar por ese tipo de situación tan desagradable, tener una acosadora era un asco y no por el hecho de que una mujer estuviera interesada en Moon sino por esas notas y cartas que la hacían sentir mal e incómoda al punto de verla paranoica.

Tantos años de amistad y a día de hoy la importancia de Byul en la vida de la mayor no había hecho más que crecer, y una vez más intervendría por su bienestar.

— Bien Seulgi parece que tendré que darte más de una advertencia.

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[...]

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— Byul necesito decirte algo— dijo Wheein acercándose a la mayor.

— Si Puppy, ¿qué sucede? — pregunta sonriente, desde todo iba genial con Solar no podía evitar sentirse alegre y feliz constantemente

— Aquí no, vayamos a mi habitación— dijo tomándola por la muñeca y caminando hacia el lugar que había mencionado.

— Oh, quieres contarme algo caliente, ok— dijo juguetona e ingenuamente.

Al cerrar la puerta de la habitación Wheein se sienta al lado de Byul y se dispone de contarle todo lo que había pasado con respecto a Eric Nam y Solar, sobre cómo había vuelto diciendo que la reclamaría. Al terminar de contarle a Byul se le borro la sonrisa que había tenido toda la mañana.

— Solar nos pidió que no te contáramos por miedo a como reaccionaras, pero sentí que debías saberlo, se comprensiva, no quería que hicieras una locura y por eso no te contó.

— Byul por favor di algo tu expresión está comenzando a dar miedo— dijo temerosa de la mala reacción que podría tener Byul.

— Byul ¿a dónde vas? espera— exclama al ver a la peliazul salir de la habitación.

— ¡Solar! — exclamó Byul entrando a su cuarto compartido.

— Oh, Byul aquí estas, me preguntaba si querías ir al parque un rato a montar bici, ¿qué te parece? — preguntó sonriente.

— ¿No pensabas decirme nunca? — preguntó.

— ¿Decirte?

— Si te refieres a dónde te escondí tus zapatos rojos no te diré no creo que sean de tu esti...

— Basta Yongsun, cuando pensabas confiar en mí y decirme que el estúpido de tu ex prometido había venido a acosarte— dice molesta por la falta de confianza.

— Byul, yo...yo... no es que no confiara en ti es que no quería preocuparte, no sabía cómo reaccionarias y temí lo peor...

— Solar yo no haré algo que no quieras, no me molestaré por algo que forma parte de tu pasado cuando quiero que tu futuro sea junto a mí— dijo tomando el rostro de su chica con sus manos y acercando la cara.

— Yo solo quiero que confíes en mí, que me digas tanto tus pensamientos felices como tus preocupaciones, después de todo antes de ser tu pareja era tu amiga, y ahora que estoy contigo quiero que confíes aún más en mí, ¿no lo entiendes? — pregunta lo último con los ojos rojos por el aguante de las lágrimas.

— Lo siento, de verdad lo siento, tenía que haberte dicho— dijo Solar y una lágrima bajó por su mejilla.

— No llores por favor, solo que, me dolió que no me digieras nada, pero discúlpame no tenía que haberte hablado así— dijo abrazando a la mayor, no soportaba verla llorar por muy enojada que estuviera.

Luego de que Solar se calmará la suelta del abrazo para luego escuchar lo que le diría.

— Entonces qué piensas de todo esto— dijo refiriéndose a Nam.

— ¿Que pienso? pues que le arrancaré la cabeza si lo veo acercarse a ti— advirtió sonriendo siniestramente.

— Claro y después tendré una novia psicópata arranca cabezas que romántico suena eso— dijo siendo muy sarcástica.

— Eso y después me visitas a prisión hasta que logre escaparme para huir contigo lejos, nos casaremos y tendremos tres hijos— dijo sonriendo olvidando por completo la furia que había tenido al principio de la conversación siguiendo solo el flujo de los disparates que decían.

— Eso si suena interesante, boda e hijos, pero la idea de huir no, así que, porque no trabajamos en base a darnos mucho amor, y compartir momentos de pasión sin llegar a decapitar a nadie— dijo acercando sus cuerpos para luego con sus labios recorrer con besos húmedos el cuello de Byul.

— Esa idea está genial— dijo dejándose llevar — pero, si soy capaz de luchar por ti, aunque tenga que pelear con ese imbécil, no lo olvides— se separa por un momento haciendo que Solar asintiera sabiendo de que era capaz.

— Ya que estamos, la cama está bien cerca, por qué no...

— Yeba, las chicas están allá afuera y tengo la impresión de que han estado escuchando todo el tiempo— al decir esto abrió la puerta de golpe, cayendo al suelo las menores que estaban escuchando a escondidas al otro lado de la puerta.

— ¡Hola! — exclamó Hwasa — ¿cómo les va el día? Wheein y yo estábamos revisando las puertas porque se sienten chuecas— dijo descaradamente levantándose y ayudando a levantar a la rubia.

— No Hwasa, esta puerta parece estar bien— dijo Wheein dando toques con los nudillos por varias partes de la puerta.

— Ok, entonces nos retiramos— al decir estoe ambas hacían reverencias en señal de respeto para luego casi correr a encerrarse en su cuarto compartido.

Las mayores al ver todo lo que acababa de suceder no pudieron evitar reír.