Capítulo. XLIX. Al fin murió.

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Cristal

Ya había tomado una decisión,  tal vez esto haga a mis padres felices; de que pude hacer algo por mi hermana y eso implica dar mi vida porque ella sea feliz con el hombre que amo.
Me dejé caer en la cama; mi mente ésta algo perdida aunque haya dicho que moriría por ella una parte de mi mente aún no puede procesarlo; es difícil dejar a Lucas, lo es.

— Te traje un poco de comida –la voz de Sara me hizo volver de mis pensamientos – ¿Puedo confiar en tus palabras?

Suspiré. Ella aun no lo puede creer. Asentí, di mi palabras y la cumpliré. La miré con una leve sonrisa.

— Hay algo que quiero que hagas por mí –ella dejó la bandeja sobre la mesa –deja que vuelva con Lucas –su cuerpo se tensó –sólo será por una semana. No escaparé de mi promesa.

Sara me observó por un segundo. Sé qué ella dudaba mi propuesta y que tenía miedo de que no volviera.

— Ésta bien. –miró a los lados para acercarse a mí –pero debe ser a escondidas que María no sepa, ésta noche ella se ira así que te dejaré cerca de su casa. Sólo será una semana y si no apareces iré por ti

— Tengo palabra. Si te dije que estaré aquí en una semana será así. Sólo deja que esté con Lucas por última vez es lo menos que puedes hacer ya que arrebataras mi vida. Es lo más justo ¿No lo crees?

Sara no paraba de mirarme. No se veía nada convencida. Coloqué mi mano sobre la de ella.

— Daré mi vida por ti, para que seas feliz. Sólo deja que este poco tiempo que me queda con él. .. por favor. –ella suspiró profundo. Ya sabía que no me diría que no.

— Ok. –alejó su mano de la mía –lo haré por que me parece justo. Sabes que nunca serán felices si sigues con vida. –bajé la mirada. Creo que le dio algo de pena –lo siento, no quise ser cruel.

(*****)

El sentí el aire frío del invierno quemaba mi rostro. Las bajas temperaturas en los bosques pueden llegar a hacer muy peligroso.
Pero esta era la única manera de llegar a Lucas.  Mi Lucas, mi eterno amor… el único que amaré. Puede que tarde un par de días, pero llegaré segura a él.
Mis pies me duelen por el tanto caminar, pero es la única manera. Debía pasar mis últimos días con el hombre que amo. –dejé salir un largo suspiro. Me sentía tan casada –de repente comenzó a llover.

— ¡Demonios! –ya comenzaba a sentir el frío cubrir mi cuerpo. Ya no deseaba seguir andando. De repente ya no me podía mover todo mi cuerpo pesaba tanto que me fui de cara al suelo.

“mis pies los cubría algo caliente y espeso; tenía miedo de ver que era eso que me incomodaba, pero algo me decía que no lo hiciera.
¿Sangre?
Al darme cuenta están cubierta de sangre, mi cara, mis manos, mis piernas… toda.

— Cris..tal –esa sola palabra me dejó helada ¡Lucas! Lo vi ahí tirando en el piso con una herida en su pecho.

— ¡No! –fue lo único que pide decir.

Sentía que mi corazón se iba a salir. El verle tirado en un charco de sangre hizo que mis lágrimas salieran sin control.

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Quien le hizo esto a Lucas? Corrí en su dirección y al llegar él me miraba con dolor.
¿Por qué me mira de esa manera? Y fue en ese instante que noté lo que llevaba en mi mano.

— ¡No! ¡No es cierto! Yo no… –sujete su cara pálida –lo siento, lo siento mi amor –decía entre llanto. ”

(*****)

— Ella aun no está bien –de repente escuché esa voz. Al abrir los ojos vi a una mujer alta de cabello rubio –esta chica está –sus palabras cesaron al ver como me movía en la angosta cama. Ella se dirigió a mí –ya veo que estás mejor –dijo con una amplia sonrisa –te dije que era una chica fuerte.

Sangre y Aullidos.Where stories live. Discover now