Capítulo. XX. Sacrificio.

514 46 2
                                    

Cristal

Mis labios buscan los suyos con desespero, deseo cada parte de él no haya nada que no me ame de éste hombre. Sus manos recorriendo mi cuerpo despacio, mientras me aferro a su espalda, su respiración y la mía se vuelven una, es como una danza, nuestros cuerpo unidos siendo uno. Nunca pensé que ternaríamos de esta manera.

Me duele saber que dentro de poco seré la mujer de otro hombre que no es Lucas, mis lágrimas caen cubriendo mis mejillas. Lucas al sentir lo húmedo de mi cara se separa un poco de mí y me alza el rostro.

__ ¿Te duele algo? ¿Te he hecho daño? –dice asustado.

Rápido niego con un movimiento de cabeza, ¿Cómo podría llorar por algo como lo que le piensa? ¡Para nada! ... el dolor que siento de dejarlo es el que me hace daño.

Sin decir nada lo abrazo estrechándolo contra mi cuerpo, quiero guardar en mi mente su calor, su olor, su voz... todo de él.

__ Lucas... te amo –susurro en su oído.

El besa mi frente para luego acurrucarme en su pecho. Los latidos de su corazón son relajantes, así que mis ojos se van cerrando despacio.

...........................................................................

__ Señorita, deje que yo lo haga –me suplica Mabel, pero hago caso omiso a sus palabras –usted no debe hacer nada de esto.

Coloco mis manos en la cintura y la miro con una sonrisa.

__ No me trate como una inútil, además yo quiero ayudar a preparar el almuerzo, sólo quiero hacerlo.

Ella suspira y asiente. Sin demora la abrazo.

__ ¡Mabel eres la mejor!

__ Sólo porque se ve que en realidad lo quieres hacer. Es bueno que una chica se preocupe por su enamorado. –dice con amplia sonrisa.

__ Sólo quiero lo mejor para él.

En eso entra Lucas con algunas bolsas repleta de comida, las deja sobre la repisa y llega a mi lado y me da un beso en la mejilla.

__ Buenos días me damita –mira a los lados – ¿Qué tramas?

__ Nada sólo quiero ayudar a Mabel con el almuerzo es todo, veras que te preparare una rica comida.

Lucas suelta una risotada.

__ Mabel ten cuidado en que mi bella damita no vaya a envenenarme, ella es un desastre en la cocina, se le quema hasta el agua.

Le doy un ligero golpe en el hombro.

__ ¡Gracias amor! ¡Eres un malo! –le grito sacándole la lengua.

Mabel me entrega un delantal.

__ Pues bien es hora. Colocase esto para que no ensucie el vestido.

Después de preparar la comida, ayudo a Mabel a colocar todo sobre la mesa, ella me indica donde va cada cosa. La verdad no se mucho de esto, ya que Ann siempre lo hace. Un suspiro escapa de mis labios al ver todo ya organizado.

__ Mi niña todo ha quedado muy lindo, espero que el joven Lucas le guste mucho –finaliza con una radiante sonrisa.

Se ve que esta mujer le tiene mucho cariño a Lucas, pero quien no, si es un amor. Algo nerviosa sacudo la falda de mi vestido, ya quiero ver la cara de mi amado chico. Pido porque el tiempo que pasemos juntos sea lo más lindo que pueda recordar.

Escucho como alguien se acerca, mis ojos no pueden creer lo que ven, ¡Halk! Sin demora llega a mi lado con una de eses sonrisa que me erizan la piel. Doy un paso atrás al verlo tan cerca de mí. Extiende su brazo en mi dirección, pero lo único que hago es cerrar los ojos para sentir una fría mano acariciar mi mejilla.

Sangre y Aullidos.Место, где живут истории. Откройте их для себя