Sangre y Aullidos.

Capítulo. VXIII. Traicionada.

Cristal

Mis ojos se abren por la intensa luz que llega a mi cara. Al levantarme todo mi cuerpo arde, despacio me siento sobre las hojas secas. Miro a los lados para ubicarme, pero no reconozco nada, un suspiro dejo salir al ver que al menos aquí él no dará conmigo.

__ Al fin... soy libre –susurro estirando mis brazos.

De alguna manera me siento liviana, ligera, llena de vida. Es como si volviese a nacer, inhalo el aire frío del bosque. Debí huir lejos desde un inicio; sólo fui una tonta que quiso ser la hija perfecta una vez en la vida y mírame ahora sola en medio de la nada.

__ Debo dar con Lucas. Necesito hablar con él.

Después de un rato me coloco de pie y sigo mi camino, mi nueva meta dar con Lucas, es preciso que tengamos una conversación apropiada. Luego de una larga caminata puedo visualizar al otro lado el pueblo, pero en ese preciso instante que pienso dar un paso una mano atrapa mi brazo.

__ Lucas –digo mirando a la persona detrás de mí.

Él tira de mi brazo y me arrastra dentro del bosque. De alguna manera siento que hay algo raro en él, ya que su cuerpo se pega al mío haciendo que nuestras bocas se unan en un violento beso, sin demora lo empujo lejos de mí.

Él sonríe abiertamente mostrando una cara de burla ¿Qué está pasando?

__ Sólo vine a decirte que ya no me interesas –su mirada recorre mi cuerpo con desprecio –no sabes lo mucho que te detesto.

Esto debe ser una broma mi Lucas jamás me hablaría de esa manera tan cruel, en verdad él no me trataría así. Mis lágrimas bajan cubriendo mis mejillas.

__ ¡Mientes! –Grito cubriendo mis oídos –tú me amas –bajo la voz.

Él se acerca y sujeta mi cara para obligarme a verle. Su rostro muestra una amplia sonrisa que desquebraja mi pecho.

__ Sólo fuiste un reemplazo de tu madre, simple curiosidad que no me llevo a ningún lado. Pobre Cristal –sus palabras salen causándome un agudo dolor en mi corazón –es mejor aliviar tu penosa vida.

Y de repente siento un ardor en mi abdomen, mis ojos se abren lo más que pueden al ver como saca el cuchillo de mi interior para volverlo a incrustar en mí. Mi cuerpo cae sobre las hojas secas.

__ Lucas... ¿Por qué? –él se acerca.

__ Elimino un obstáculo –dice dejándome desangrar sola en medio de la nada.

¡Lucas, mi Lucas! –todo a mi alrededor se va oscureciendo. Siento la espesa y caliente sangre cubrir mi abdomen, trato de detener el sangrado, pero me es imposible. No puedo permitir que mi vida acabe aquí, pero el deseo de cerrar los ojos es mucho más fuerte que yo.

__ ¡Sólo eres un estorbo! –Escucho a lo lejos esas terribles palabras –desaparece de mi vista.

Mis ojos ven una melena rubia frente a mí. Trato de abrazarlo, pero él desaparece. Lo busco con angustia.

__ ¡Lucas, Lucas! –no dejo de llamarlo sin cesar.

__ Él no te responderá –una pequeña voz se cuela en medio de la oscuridad.

Sin demora busco a la dueña de la voz para dar con la misma niña de aquel sueño, sus ojos grises se clavan en mí de una manera severa y fría. Ella da un paso al frente sosteniendo mi brazo.

__ Déjame –le digo molesta.

__ Eres débil –susurra muy cerca de mí –no puedes con la realidad por eso huyes a este lugar. ¡Despierta!