Sangre y Aullidos.

Capitulo. XVI. ¿Andrea?

Cristal

Todo mi cuerpo se estremece al ver a la cara a ese chico de melena oscura. Doy un paso atrás; él no puede ser ¡No! Sus ojos grises denotan cierta melancolía, como si estuviese buscando por mucho tiempo, algo dentro de mí crujía y entibiaba mi pecho. ¿Se supone que Lucas es a la persona que amo? ¿Por qué estos extraños sentimientos se reflejan en mi cuerpo? Me siento confundida, sin más mis ojos se sienten tan pesados dejándome caer en una fría oscuridad.

Mis pies no se detienen corren hacia algo o alguien, desde aquí no se puede distinguir lo que mis ojos ven, hasta que una voz desconocida me llama.

__ Cristal... no tengas miedo. –esa voz es tan cálida que produce calma en mi alma.

Al alzar la mirada al frente me encuentro con unos ojos grises, mis vista recorre el cuerpo de aquel joven con determinación, sus brazos, su piel, su rostro y esa encantadora sonrisa, de repente me fijo que él no lleva nada de ropa e igual yo, pero no siento vergüenza, sólo un ardor caliente en el centro del pecho.

__ Andrea. –un nombre escapa de mi boca.

¿Andrea? ¿Es acaso ese su nombre? –él me sonríe abiertamente, su mano se extiende ofreciéndome a que la tome. Lo miro temerosa de mi decisión, pero el deseo de estrechar su mano es más fuerte que mi voluntad. De alguna manera lo siento parte de mí, pero otras veces es como si no me importase mucho el tenerle cerca.

__ Eres mía, no luches por alejarte de mí, será menos doloroso para ambos. –sus ojos irradian dolor.

Me alejo de él, mi cuerpo duele al verle tan cerca de mí. Yo... yo amo a... Lucas, cubro mi cabeza con mis manos frías. ¡No quiero dejar de amar a Lucas él es mi todo! El único.

__ Cristal no seas testaruda. –me reprende mi madre. –debes verlo no puedes estar evitándolo toda la vida, te aseguro que si lo ves todo esos dolores que sientes pasaran.

Un nudo se forma en mi garganta, tengo ganas de gritar, pero me es imposible, ¡Odio todo esto, esta sensación! Sólo quiero volver a como era todo antes de esta situación. Mis ojos se llenan de lágrimas, le doy la espalda a mi madre no quiero que me vea en este estado tan lamentable.

__ Hija por favor –toca mi hombro –olvida a Lucas él no es la persona indicada, hija te haces daño al no aceptar la verdad.

Me giro y con la poca voz que me sale la miro segura de lo que deseo.

__ Lucas es la persona que amo entiende. –Me callo para bajar la mirada –él siempre te amo, cada vez que venía no paraba de mirarte como tonto, mientras que yo me sentía celosa de esas miradas que te dedicaba. Ahora que Lucas. – me detengo llevando mis manos a la boca.

Mi madre palidece sin pérdida de tiempo me sacude de los hombros como esperando que reaccionara.

__ ¿Lucas qué? –Dice agitada casi sin aire –él no puede fijarse en ti. –baja la voz aún más nerviosa.

Me aleja de ella y camino hasta la ventana, toda yo no para de temblar. Tengo miedo de olvidar lo que siento por Lucas, me aterra la sola idea de que elija a ese desconocido.

__ Entonces oblígueme a verlo porque por mi voluntad no lo haré.

__ ¡Cristal vuelve en ti! –Grita ella –por favor.

Es lo único que dice y sale, mi cuerpo se relaja. Tomo mi celular y marco el número de Lucas trato de lucir lo más tranquila posible, al escuchar su voz siento un dolor en mi corazón.