Midoriya Izuku a sus 17 años ha tenido una vida difícil desde la muerte de su madre, con la nueva pareja de su padre, los maltratos de su madrastra y hermanastro cada día que pasa son mas caóticos que el anterior.
Pero esto cambiara cuando por casua...
Izuku no lo podía creer, la emoción que lo embargaba era tan inmensa que podría saltar de la felicidad, ¿Como no estarlo cuando acababa de conseguir un trabajo tan bien pagado que parecía un sueño?
No lograba comprender como es que fue seleccionado para ello, pues Iida no le dio muchos detalles del asunto, pero estaba contento y con el tiempo seguro se enteraba.
La limusina lo había dejado enfrente de la casa de Shinzou, el pelimorado ya no se encontraba en la tienda así que pensó en que era mejor idea pasar a dejarle el traje a su casa, puesto que no deseaba abusar de la generosidad del joven.
Con la inmensa sonrisa y algo de nervios por toda la situación que había pasado tocó el timbre y esperó. Unos pasos sonaron dentro la casa y la puerta fue abierta luego de unos minutos, Shinzou apareció tras la puerta con una pijama negra y rostro somnoliento.
Observo a Izuku con algo de sueño mientras bostezaba perezosamente.
— Izuku...¿Paso algo que te presentas tan tarde en mi casa? — su mirada diviso de arriba abajo al peliverde buscando algún indicio de que algo malo paso, pero se tranquilizo al ver la sonrisa de este.
— ¡Yo conseguí el trabajo Shinzou!— dijo emocionado. — El señor Aizawa me contrato, empezaré a trabajar en la mansión Yuuei desde este lunes!—
El pelimorado sonrió levemente. Se alegraba de que su "Ángel" a como le llamaba internamente estuviera tan contento. El pecoso había pasado por demasiadas cosas malas en su vida, ya era hora de que el destino pusiera algo bueno en ella y le sonriera.
Asintió de acuerdo a lo dicho.
— Es una gran noticia, me siento feliz por ti Izuku...— dudó un poco en si preguntar o no, pero al ver el brillo en los ojos de su amigo no pudo evitarlo.
—¿Quieres pasar y contarme los detalles...?— preguntó ya mas despierto.
Izuku no lo pensó dos veces al abrir la pequeña puerta de la acera, entro y siguió al pelimorado con emoción, quería contarle todo lo que había pasado en la cena y los detalles del contrato. Ambos entraron a la casa y con el sueño disuelto de Shinzou y su expectante mirada puso toda su atención en Midoriya quien le contaba sin guardarse nada todo el acontecimiento.
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Parque Central 11:00 PM
Ambos lo habían disfrutado a como siempre pasaba cuando salían juntos. Denki era un completo dulce al lado de Katsuki, su sonrisa tonta y sus ánimos nunca bajaban y eso hacía que el ojos carmín se relajara sin poder evitarlo.
La cena amena y las risas por parte del diseñador hacían que Bakugou no dudará en apoyarlo, siempre trataba de protegerlo y mas cuando se trataba del tema que mas le afectaba al rubio, Aizawa Eijirou.
— ¡Podrias creerlo! Dijo que mi estilo era extravagante, ¿crees que exageró?— preguntó curioso mientras lo miraba con ese brillo casi inocente en sus ambarados ojos, el cual le hizo gracias al rubio explosivo.
