Interludio - Juegos inofensivos

16.2K 1.3K 129
                                    

Los que hayan seguido Sangre Y Acero estarán familiarizados con los interludios, los utilizo más que nada para narrar algo "extra" entre capítulo y capítulo, normalmente son cortos y explican sensaciones o pequeñas narraciones.

Pero bueno, con este me he motivado y es igual de largo que un capítulo.

Disfrutadlo.

————————————————

Y la situación se nos fue de las manos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Y la situación se nos fue de las manos.

Había caído rendida al cómodo ambiente en aquella casa, había perdido la noción del tiempo, ni sabía que hora era, ni de que hablábamos, ni por qué nos reíamos sin parar, pero la verdad es que hacía tiempo que no me sentía tan libre. Libre de ataduras, de complicaciones, e irónicamente de problemas.

Mia era una de esas personas de las cuales te enamorabas de su espíritu, el cual de alguna manera se sentía libre, fresco, como un eterno atardecer veraniego. No era difícil adivinar por qué Chad se había enamorado tanto de ella, hacían una pareja sublime.

Seth era Seth. Aunque algo más simpático con unas copas de más.

— ¿Y tú de qué fiesta has salido? — Me preguntó Chad por décima vez mientras miraba mi vestido.

— ¡Ya te lo he dicho mil veces idiota! — Reí una vez más ante un borrachísimo Chad. — ¡Tenía una cita!

—Es verdad. —Recordó. — ¿Con el rubio millonario?

—Con el rubio millonario. —Afirmé sonriente.

— ¿Te gustan los niños pijos, Violet? — Preguntó Mia divertida.

— ¡No! — Me negué. —Bueno .. quizás. —Reí sin motivo aparente.

Y todos me siguieron la risa, también sin motivo aparente. A esas alturas todo era gracioso.

— ¡Tengo una idea! — Exclamó Mia. — Vamos a jugar a un juego.

— Aún no ha dicho a qué y ya tengo miedo. — Bromeó Chad abrazándola.

—Nada del otro mundo. —Cogió una de las botellas y la colocó en medio. — ¿Prueba o verdad?

Aunque a mi me pareció una maravillosa idea, Seth refunfuñó a mi lado.

— ¿Tenemos doce años? — Preguntó irónico.

— Por supuesto el jodido Seth Ford tenía algo que decir. — Reprochó Mia.

—No seas aburrido Seth. — Lo animó el moreno.

Éste rodó los ojos, rindiéndose al fin.

—Vamos a hacerlo más interesante. Todos tenemos comodines, en caso de que no queramos contestar alguna pregunta o hacer alguna prueba; Nuestra ropa. Los zapatos no cuentan. —Propuso Mia.

RUN©Where stories live. Discover now