𝒕𝒘𝒆𝒏𝒕𝒚 𝒔𝒊𝒙

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—Cada día recuerdo lo que me hiciste, tengo cicatrices que no me permiten olvidar —Le dijo, tenía una dura expresión en su rostro—. Supongo que debió ser difícil para ti cuando te enteraste de que seguía viva, ¿estoy en lo correcto? Un hombre como tú, que no pudo con una simple niña. ¡Merlín! ¿Qué tan vergonzoso fue eso?

El hombre se carcajeo y observó la punta de sus pies por unos segundos, se guardó las manos en los bolsillos del pantalón y se acercó unos metros más a Alaska. Cuando volvió a mirarla todo rastro de gracia había desaparecido.

—Pude soportarlo —Le aseguró con una insistente mirada—. ¿Podrías tú con la verdad que tanto deseas saber?

Fue como si el corazón se le hubiera detenido por unos segundos. Sus expresiones delataron lo mucho que le interesaba saber más acerca de ellas, y aunque intentó ocultarlo el hombre supo que dio en el clavo.

—¿Por qué no me pruebas? —Lo desafió la chica, tan malo no podría ser.

El hombre se tomó su tiempo para hablar, se acercó aún más a ella, dio lentas vueltas a su alrededor y cuando volvió a estar frente a ella, se detuvo.

—Tú nombre es Alaska Rose Ryddle... —Sabía su nombre completo, eso era algo nuevo— Kedward. El apellido de tu familia materna fue muy prestigioso en la época dorada... lástima que perdiera su valor.

Kedward, el apellido de su madre es Kedward. Una extraña sensación invadió su cuerpo, algo que no habia sentido antes. Luego de años intentando averiguar algo sobre ella, finalmente lo logró.

—Tu madre, Elizabeth Kedward. ¿Qué sucedió con ella? Debes estar preguntándote —El hombre sonrió—. Me gustaría saberlo también. Luego de abandonarte con el Señor Tenebroso no volvió a ser vista...

—Ella no... —Interrumpió Alaska, con un amargo sabor en la boca. No era el tipo de información que esperaba.

—¡Oh! ¿No creerás que la obligaron a separarte de ti, o sí pequeña?

No respondió. Por un momento se sintió avergonzada, como una estúpida por haber pensado, siquiera por un momento, que su madre era la excepción a la regla. Que era la única que había luchado por ella.

—¿Y quién crees que te cuido todos esos años? Su hermano, por supuesto. En esos tiempos hubiera hecho todo por ella, y así fue —Dijo con resentimiento—. Luego de la caída del Señor Tenebroso quede en la ruina, creí que una niña podría ser mi salvación. Estuve equivocado.

—¿Cuál es tu nombre? —Le preguntó Alaska, negándose a creer sus palabras—. Dime tú nombre.

Él sonrió—. Danniel Kedward, a tu servicio.

Los recuerdos pasaron frente a sus ojos, tan rápido y de manera inadvertida que se sintió mareada por unos instantes. Todo lo que había sufrido en su niñez, las largas horas en urgencias, las dolorosas curaciones, las cicatrices por todo su cuerpo... Todo había sido provocado por él, Danniel Kedward, su tío. El hombre frente a ella que no parecía arrepentido de nada.

—Dime más —Le pidió la chica a pesar de sentirse agobiada por la nueva información, después de todo no sabría si tendría otra oportunidad—. Sobre ese día y acerca de mi madre.

—Te diré todo lo que quieras saber, y más —Le prometió Danniel—. Pero debes acompañarme.

—¿Qué? ¿A dónde?

—Es una sorpresa.

Alaska frunció el ceño ante esa respuesta, dejo de sentirse segura con él. Sintió que todo aquello era una trampa, no estaba a salvo. Retrocedió un par de pasos pero antes de que pudiera correr o tomar si varita, Danniel la había inmovilizado por detrás y sintió la sensación de una fuerte presión en todo el cuerpo, dificultando su respiración. Se habían aparecido.

regreso del señor tenebroso ⁴ ━━ harry potter sagaWhere stories live. Discover now