𝒔𝒊𝒙𝒕𝒆𝒆𝒏

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑆𝐼𝑋𝑇𝐸𝐸𝑁 )
𝚎𝚕 𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚌𝚎𝚛𝚛𝚊𝚛 𝚕𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎.

Más que un sueño o una pesadilla, lo que Alaska estaba viendo en sus sueños era un vivido recuerdo de su infancia. Aquel caminó de tierra, rodeado por flores silvestres que llevaban a la entrada del bosque lo recordaba bastante bien, al igual que la pequeña cabaña abandonada que se encontraba a tan solo unos metros.

Sin embargo, algo era diferente esa ocasión. Estaba sosteniendo la mano de alguien más, y a pesar de intentar no logro ver quién era. El sueño avanzó con rapidez, podía escuchar la palabras de un hombre diciéndole «Todo estará bien», pero ella sabía que no era así, no pasó por desapercibido el desarreglado apesto del hombre. Fue entonces cuando lo vio.

La única puerta de acceso están trabada y la pequeña Alaska lo veía alejarse con paso tranquilo, sin siquiera parecer arrepentido se giró, para darle un último vistazo. Observó, por primera vez, el rostro del hombre que la había abandonado...

—¡Alaska! ¡ALASKA!

Abrió los ojos de golpe. Se encontraba empapada de pies a cabeza en un sudor frío, las sábanas de la cama se le pegaban al cuerpo y notaba un intenso dolor en sus cicatrices, como si hubiera pasado por fuego.

—¡Alaska!

Pansy la miraba muy asustada de pie junto a su cama, donde estaban el resto de sus compañeras con la misma expresión en su rostro. La rubia se sujetó la cabeza con ambas manos; por un momento, le costó un rato recordar por qué se sentía tan mal.

La noche anterior había sido una locura y ya comenzaba a arrepentirse de sus acciones. Sin responder a las preguntas de las demás chicas se dirigió hacia el baño para refrescarse, aún con la clara imagen de aquel hombre en su cabeza.

Bajar a la sala común no fue un alivio, el bullicio aumentaba el dolor de su jaqueca y deseo volver a la cama, cerrar los ojos y no despertar hasta sentirse mejor. El ardor en su estómago tampoco la ayudaba

—Miren quien viene ahí —Escuchó decir a Blaise—, la princesa ha despertado.

—Deja de hablar antes de que te obligue —Le espetó Alaska de forma amenazadora, para luego acurrucarse en una esquina del sofá.

—Parece que alguien despertó de mal humor. —Agregó el moreno.

La rubia hizo el ademán de tomar su varita pero entonces notó que no estaba en su bolsillo habitual, la habia dejado en su habitación.

Blaise y Theo se carcajearon, dándose una mirada cómplice para molestar un poco a su amiga. Draco, por otra parte, los miraba en silencio.

—¿Recuerdas algo de anoche? —Habló Blaise con una sonrisa burlona.

regreso del señor tenebroso ⁴ ━━ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora