⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 4 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Insatisfecha con lo que sabe de su pasado y deseosa de conocer más de él, Alaska se escapa del orfanato y se dirige hacia Little Hangleton, una villa muggle cuya...
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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑂𝑁𝐸 ) 𝚞𝚗 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘 𝚗𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚗𝚎𝚊𝚍𝚘.
No había mucho que hacer en el orfanato durante las vacaciones de verano. Ver alguna película que estuvieran pasando por la vieja televisión de la sala de estar, escuchar las canciones de moda por la radio que tenían en la habitación, leer los únicos cinco libros interesantes que tenían en la biblioteca o dibujar en la libreta que Theo le había regalado para Navidad; eran las únicas opciones que Alaska tenía y ya estaba aburridas de ellas.
La rubia se encontraba sola en su habitación, con la radio encendida escuchando el último álbum de una banda estadounidense llamado "Get a Grip". Había conseguido el casete en su último viaje al centro y el vendedor le dijo que realmente valía la pena, y hasta el momento no pensaba lo contrario.
Pero el disfrute total que estaba teniendo se vio interrumpido cuando alguien entró en la habitación. Emmie Belcher, su compañera de habitación, parecía estar contenta, su gran sonrisa y sus animados movimientos daban cuenta de ello.
—¡Oh, estás escuchando el álbum de Aerosmith! —Dijo la castaña, acercándose a la chica—. Son buenos, ¿no crees?
—¿Necesitas algo, Emmie?
La ojiazul frunció los labios ante la brusca respuesta de Alaska, pero eso no logró arruinar su estado de ánimo.
—Bueno, quería saber si te inscribiste para ir a la salida de este viernes —Dijo—. Las inscripciones terminan hoy, y será la última de este verano.
—¿Por qué iría a esa salida? —Cuestionó Alaska, quien no le veía el atractivo de salir junto con un gran grupo de adolescentes que no conocía.
—No has asistido a ninguna de las que el orfanato ha realizado y suelen ser muy divertidas, un cambio no te vendría mal, siempre sales sola. Y además, creí que podría interesarte —Emmie desdobló la impresión que llevaba en su mano y le leyó lo que decía—. Se realizará una excursión el día Viernes 15 de Julio al renombrado Santuario de Animales ubicado en Gran Hangleton, donde los participantes podrán...
—¿Gran Hangleton? —Repite Alaska, con un repentino interés.
—Sí —Le responde Emmie, complacida de verla interesada—. Dicen que el santuario es muy famoso.
Alaska se reincorporó de su asiento y le quito el folleto de las manos a Emmie, revisando los detalles de la salida y asegurándose se haber leído bien. La idea había aparecido en su mente al momento de escuchar el nombre de aquella ciudad, e iba a llevarlo a cabo sin importar que.
Ella era una de las pocas niñas que había llegado a la temprana edad de cuatro años al orfanato, luego de haber pasado semanas en rehabilitación en un hospital de la ciudad para ser cuidadas por quemaduras de segundo y tercer grado; había sido abandonada en una vieja cabaña que comenzó a incendiarse. Aún tenía pesadillas sobre esa noche. El orfanato había realizado una profunda búsqueda sobre sus parientes pero todo lo que encontraron fueron familiares muertos. Una rica familia que vivía en una mansión en el Pequeño Hangleton que fue asesinada hace años, y por lo que se sabía, no quedaba ningún familiar vivo.
