𝒕𝒉𝒓𝒆𝒆

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝐻𝑅𝐸𝐸 )
𝚞𝚗 𝚌𝚞𝚖𝚙𝚕𝚎𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚍𝚒𝚏𝚎𝚛𝚎𝚗𝚝𝚎.

Alaska no creyó que cuando Snape le dijo que la mayor parte de su tiempo la pasaba en Hogwarts era literal. Ya había transcurrido poco más de una semana desde que se mudó a la casa de Snape, y a pesar de que era agradable tener la casa para ella sola, donde podía leer todos los libros y practicar algunos hechizos que encontraba, comenzó a creer que el profesor evitaba pasar tiempo en la casa para no tener que responder a sus preguntas.

—¿Qué trabajo realizas durante las vacaciones que te ocupa tanto tiempo? —Le habia preguntado una noche.

—Además de la planificación de clases, el profesor Dumbledore me encarga otras obligaciones de las que no puedo hablar.

Alaska bufó ante la respuesta. Siempre le decía que no tenía permitido hablar de ciertos temas, librándose de las charlas que la chica quería mantener con él.

Sin embargo, la rubia no tenía mucho tiempo para pensar en todo lo que Snape le ocultaba. Cada una de las habitaciones de aquel lugar parecía estar cubierto por una capa de polvo y suciedad, y el ambiente era descuidado. Ella quería cambiar eso.

Dedicó sus primeros días a aprender hechizos domésticos que le ayudaron a limpiar cada rincón de la casa. Ventanas limpias, pisos brillantes, estantes y muebles relucientes y un nuevo orden que lograba un entorno más abierto y limpio. Sin duda no era el lugar más acomodado que había visitado, pero consiguió convertirlo en un espacio en el que se sentía cómoda.

Alaska despertó una mañana nublada con el cuello adolorido y se preparó para iniciar el día entre quejidos y murmullos a causa del dolor. Bajo con rapidez los escalones hasta el primer nivel y se sorprendió al ver a Severus en la cocina. El hombre estaba de pie leyendo El Profeta mientras terminaba de beberse una bebida caliente.

—Buenos días. —Lo saludó Alaska.

La chica iba a ir directamente a la despensa para prepararse el desayuno, sin embargo se detuvo cuando vio que, sobre la pequeña mesa que se encontraba fijada a una de las paredes justo debajo de una ventana, había un pequeño pastel de chocolate. El biscocho no tenía velas encendidas ni ningún tipo de felicitación escrita con glaseado, pero Alaska sabía que Snape lo habia comprado por su cumpleaños.

—Me compraste un pastel. —Señaló la chica.

—Ciertamente. —Le confirma Snape con un tosco tono de voz.

—Te estas tomando en serio tu papel como tutor, ¿eh? —Dijo Alaska, burlesca—. Estoy comenzando a creer que realmente te preocupas por mi Snape.

—Si te ibas a comportar de esta manera entonces no te hubiera comprado nada. —Se quejó el profesor, dejando el periódico y la taza vacía sobre la mesa, yéndose de la cocina.

regreso del señor tenebroso ⁴ ━━ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora