⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 4 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Insatisfecha con lo que sabe de su pasado y deseosa de conocer más de él, Alaska se escapa del orfanato y se dirige hacia Little Hangleton, una villa muggle cuya...
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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝑊𝐸𝑁𝑇𝑌 𝐹𝑂𝑈𝑅) 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚐𝚒𝚊 𝚘𝚜𝚌𝚞𝚛𝚊.
Marzo comenzó al fin, con ello el tiempo se hizo más seco pero un viento terrible parecía congelarles las extremidades cada vez que salían del castillo para las clases de Herbologia y Cuidado de Criaturas Mágicas.
Luego de días de espera, la esperada venganza de Rita Skeeter, de la cual Archer le habia advertido, se hizo presente. No supo con exactitud que fue de inmediato, pero era claro que algo habia pasado. Aquella mañana, a la hora del correo, Alaska había recibido muchas más cartas de lo normal, todos de dudosa procedencia y sin remitente. Fue claro que un nuevo artículo sobre ella había salido al aire, y esta vez recibió muchísima más atención que los anteriores.
—Supongo que Rita le ha puesto ganas esta vez. —Comentó la chica, comenzando a quemar cada una de las cartas, como solía hacer.
Era algo que se habia vuelto habitual durante las mañanas en Hogwarts. Llegaba a desayunar, las lechuzas entraban en el Gran Comedor para entregar el correo, Alaska recibía un par de cartas de odio como mínimo, y proseguía a quemarlas frente a ella. Era bastante útil los días fríos.
—El director Dumbledore debería hacer algo al respecto —Se quejó Ann a su lado—, no puedes seguir recibiendo esta cantidad de odio.
—¡Ese viejo no haría nada si no es por su propio beneficio! —Dijo Blaise con gracia.
—Y, sinceramente, no me interesa —Les dijo la rubia—. Son todas estas personas las que gastan su tiempo odiando a una chica que no le puede importar menos lo que tienen para decir.
Alaska terminó de comer, se habia agachado para tomar su bolso que descansaba en el suelo cuando Blaise, de forma accidental, abrió una de sus cartas. Una con sobre rojo.
Un potente bramido hizo eco por el lugar y todos los presentes buscaron el origen de aquello; una serie de complejos y rebuscados insultos comenzaron a resonar tan fuerte que todos los platos y demás tintineaban sobre la mesa. Muchos estudiantes se veían sorprendidos y sus expresiones se volvían graves al escuchar las palabras que eran dirigidas a Alaska:
—... ¡CREES TENER UNA VIDA NORMAL, AMIGOS Y NOVIOS! ¡PERO TODO ES FALSO! —Seguía gritando la rasposa y furiosa voz del hombre, Alaska escuchaba con total desinterés—. ¡HAS TENIDO UNA VIDA PORQUE ES LO QUE HEMOS PERMITIDO! ¡ESO YA ACABO! ¡PRONTO TERMINAREMOS CON TU PERVERSA MISION! ¡TE MATAREMOS...! —Y continúo expresando como, paso a paso, haría sufrir a la chica hasta su muerte.
El eco de sus palabras terminaron por extenderse por el Gran Comedor, el sobre se prendió fuego y se convirtió en cenizas. Todo era silencio, los estudiantes extranjeros parecían ser los más perplejos y nadie sabía qué hacer. En las mesas de otras casas hubo algo de movimiento, Archer se habia levantado, Tim también iba a hacerlo pero Cedric lo detuvo; sabía que la chica, ante una situación como aquella, prefería mantener distancia y no hablar al respecto.
