Capítulo 29: Cita oficial

Start from the beginning
                                    

Después del susto de muerte que había recibido, quería huir de todo.


***

Salí de la ducha y él me esperaba tendido en la cama como de costumbre, me hubiera lanzado sobre él si no fuera porque estaba adolorido, ahora debía esperar otra vez.

Me recosté a su lado y me rodeó con sus brazos pegándome a su cuerpo. Sonreí. Esto era mi paraíso, pero yo todavía me sentía temblar apenas por todo lo que había pasado. Él me acarició el rostro, notándolo.

—¿Cómo nos encontraron? —pregunté.

—Le dije a Max que quería salir a verte y el porqué, a él le pareció peligroso y cuando vimos en tu mensaje que ya te habías ido, dijo que te llamara. Él puso altavoz para escuchar. —Empezó a acariciar mi cabello—. No sabes la angustia que sentí al darme cuenta de que estabas en peligro. Max dijo que el edificio de la salida oeste estaba más cercano a la alcaldía, así que hizo un par de llamadas a unos amigos suyos y confirmó que las habían llevado allá.

—Ya veo. —Moví mi rostro contra su cálido pecho desnudo, acariciándolo con mi mejilla—. Gracias... Había llegado a pensar que no te vería más... —Besó mi frente. Me gustaba cuando lo hacía, cualquier muestra de cariño de su parte para mí era como tomar un sorbo del elíxir de la vida o algo así—. Pensé que la vida me quería arrebatar más cosas, pensé en mis padres... ¿Mañana podrías decirle a Max que te deje ir?

—Por supuesto.

—He decidido iniciar la vida que quiero contigo, no importa si estamos aquí, no voy a esperar, quiero pasar más tiempo contigo.

—Tranquila. Siempre voy a protegerte y consentirte. —Sonreí y volví a suspirar. Me sentía a salvo y feliz, finalmente—. Mañana serás mi cita entonces. —Su voz me inundó, haciendo vibrar cada centímetro de mi cuerpo—. Perdóname por hacerte llorar, en serio, lo siento muchísimo.

—Descuida, es que no soporto la idea de perderte. Además, yo ya estaba bastante alterada por todo lo que me había pasado. Debí deducir que sabías caer como un gato —murmuré con una leve sonrisa y los ojos cerrados.

—Dime —continuó—. ¿A qué se refirió Rosy exactamente cuando dijo que casi las abusan? ¿Te lastimaron? ¿Te golpearon?

—N-no, bueno, un poco. No te preocupes, ya pasó, no nos hicieron nada grave.

—¿Qué te hicieron?

Suspiré.

—Trataron de... tocarnos. —Se tensó enseguida—. Pero no pasó, descuida.

—¿Cómo se atreven? —Noté el enojo en su suave voz—. ¿Con qué derecho?

Lo miré y le sonreí con dulzura, sus cejas dejaron de estar juntas a causa de la rabia, relajándose apenas.

—Hey —le di un beso—. No pasó. Di buena pelea, creo. No dejaría que ningún otro hombre que no seas tú me toque. Primero muerta.

Dejó salir un suspiro de frustración y me besó y abrazó con fuerza.

—No entiendo... ¿Qué clase de valores les enseñan aquí? —murmuró acariciando mi mejilla, su mirada seria me acongojaba—. Me lo hubieras dicho.

—Lo habrías matado con tu fuerza.

Parpadeó un par de veces, pensando.

—... Sí, quizá. Pero no a propósito. —Reí de forma suave y volví a darle un beso—. Perdóname —susurró—. No pienses mal de mí. Es que no logro asimilarlo.

Ojos de gato Tentador [La versión de ella]Where stories live. Discover now