¿Quién es mi papá? #2EPO © (Sin editar)

18. Trajes y ostentosos vestidos. Segunda parte del final

Capítulo Dieciocho.

Trajes y ostentosos vestidos.

Tomó el trozo de papel arrugado y agrietado en las esquinas, sus ojos analizaban los títulos y párrafos con tanta rapidez que temía marearse, luego tomo otro que estaba debajo del mismo donde salía una mujer de cabellera ondulada y una mirada cargada de odio que al parecer era la madre de Agnes la cual decía que su hija estaba siendo mal juzgada y no tenía ningún problema, que había decidido hacerle unos cuantos estudios a su hija por su cuenta propia durante varios meses y aquel equipo conformado por doctores afirmaba que la mujer no tenía ningún problema. Oliver escondió los papeles los papeles dentro de su camiseta y abotono su chaqueta para evitar que se notara que llevaba algo oculto entre sus prendas. 

Salió de la habitación corriendo a pesar de tener un tema pendiente que hablar con su padre, su cabeza era un remolino con un sinfín de vueltas y estaba pensando seriamente en que su teoría era verdad. Entró en su habitación y cerro la puerta con el pestillo metálico que estaba situado a un costado de la puerta, no saldría de aquella habitación hasta que no llegara la hora para ir a ese ridículo evento. Oliver se recostó sobre el frío suelo de parqué de su habitación temporal y soltó un suspiro que ni él mismo sabía que retenía.

—Todo lo que quería era saber quien era mi estúpido padre.—farfulló él, resignado.     

.....

Unos ensordecedores golpes sobre la puerta provocaron que Oliver abriera los ojos abruptamente, para luego entornarlos en dirección a la puerta, la habitación estaba completamente a oscuras y su espalda le dolía demasiado debido a que se había quedado dormido en el suelo en vez de en su cama. Se levanto del suelo y se poso en frente de la puerta, para quitarle el pestillo y abrirla para encontrarse con el semblante preocupado de su tío Heyden. 

—¿Por qué no abrías la maldita puerta?—curioseo su tío. 

—Me había quedado dormido.—se excuso Oliver.  

—Tienes cuarenta minutos para cambiarte. 

Oliver gimoteo fastidio y le cerró la puerta en la cara a su tío, tomo las prendas sobre su cama y se puso el apretado traje de mala manera, odiaba los tirantes que colgaban de sus hombros y detestaba el corbatín que se adhería demasiado a su cuello, salío de su habitación y logro visualizar a su hermana luciendo un vestido celeste, unas sandalias de correas blancas adornadas y su cabello caía sobre sus hombros libremente con leves ondulaciones en sus puntas. Oliver silbo bochornosamente, captando la atención de Paige inmediatamente.

—Al parecer la belleza viene de genética.—comentó Oliver, acercándose a su hermana, la susodicha anteriormente le proporciono un golpe sobre el hombro.

—Tarado.   

—Pero adoras que sea tú hermano.—contracto él, con una sonrisa divertida.